Recientemente en su blog personal un señor de nombre Luis Portillo, escribió un texto sobre el comportamiento y resultados económicos de lo que llama “industria del aborto” (Ver https://luisportillo.sv/2018/04/27/la-industria-del-aborto/). Hay varias cosas que llaman mi atención y que me gustaría comentar:
- Presenta cifras de la organización Planned Parenthood (en español: Planificación Familiar), a la que se refiere como: “La empresa más grande en la Industria del Aborto”, y cita su reporte 2017. Ahí hace parecer que esta organización solo brinda servicios para realización de abortos, pero no comenta nada sobre lo que el mismo reporte o la página web de la organización informa sobre servicios de educación sexual, control prenatal, atención a personas viviendo con VIH, servicios de prevención del cáncer, y servicios de medicina general sin distinción de ingreso, religión, identidad de género, orientación sexual, ni estatus migratorio. El Sr. Portillo dice que Planned Parenthood reportó tener 600 clínicas en Estados Unidos y haber realizado 321,384 abortos, pero no dice que en el mismo informe reporta 660,777 pruebas de detección y prevención del cáncer. Esta discrecionalidad en la selección de la información, me parece tendenciosa.
- También dice que: “después de décadas en que se dispararon los números de abortos, después de su legalización, ahora su facturación está declinando. En los últimos años, el número de abortos está a la baja, y esto sin duda ha alarmado a la Industria del Aborto”. Pese a su objetivo, está reconociendo que: la despenalización no implica que haya incremento de los abortos. En el caso de Uruguay, desde la despenalización en 2012, se ha visto que en el primer año la cantidad de interrupciones voluntarias del embarazo incrementaron 20%, mientras que la variación interanual 2016-2017 no supera el 1% (1) y, para 2016 se reporta un solo caso de mortalidad materna por aborto fuera del Sistema Nacional Integrado de Salud. (2)
- Un argumento a favor de la despenalización es que al no ser un servicio brindado desde la salud pública, las que van a la cárcel o mueren, son las mujeres pobres; y las que abortan en clínicas privadas o viajan para abortar son mujeres de ingresos altos. Me parece interesante entonces que los datos que brinda el Sr. Portillo son todos de los Estados Unidos y menciona que los “datos del costo promedio de un aborto, el cual incrementa en función de la edad del infante, el ingreso percibido de las clínicas por cada aborto fue entre $765 a $1,050, y el resto generaron un ingreso entre $1,700 a $3,275.”
- Una última cosa que llama mi atención es que dice que esta “empresa” genera ingresos por $335 millones y que “de no tomarse en cuenta, podríamos dejar pasar por alto el interés de las “multinacionales” extranjeras en explotar uno de los recursos naturales que todavía no han explotado, nuestra gente… la Industria del Aborto… están abriendo “nuevos mercados” para que las franquicias internacionales como Planned Parenthood se instalen en nuestro país.” Me parece un grave error conceptual del Sr. Portillo al decir que nuestra gente es nuestro recurso natural que aún no se ha explotado. Está más que comprobado el alto grado de explotación laboral que existe en nuestro país por parte de empresas nacionales y multinacionales. Uno de estos casos es la multinacional de productos cosméticos AVON, con gran presencia en El Salvador, que basa sus ventas en trabajo informal de mujeres y que, de acuerdo a datos del Direct Selling News, en el ranking 2017 de las 100 mejores Empresas Multinivel del Mundo, AVON fue la segunda, con un nivel de ingresos equivalente a los $5.700 millones.
Lo único en que coincido con el Sr. Portillo es que no debería haber una industria del aborto, y creo que la hay, pero su error está en dónde la ubica: el verdadero negocio está en los abortos que se practican en clínicas y hospitales privados. De todas/os es conocido que un procedimiento médico cualquiera que un/a médico/a realiza en el sector público debe ser gratuito, pero el mismo procedimiento tiene un altísimo costo si lo realiza el/la mismo/a médico/a en su clínica privada. Entonces a quienes les conviene que el aborto sea ilegal, se realice en clandestinidad y que no sea un servicio público, es a la empresa privada.
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