El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas manifestó que la Iglesia católica está preocupada por la situación de violencia que vive el país y sobre todo por los múltiples ataques a la corporación policial, a la vez llamó a acompañar las tareas de represión con estrategias de prevención.
“Estamos preocupados como iglesia, en todo el país y comunidades (“¦) las personas que más sufren son las más pobres. Aquí se han tomado medidas de represión del crimen, y sin duda están justificadas pero no basta y no son ni si quiera las principales medidas con las que se va a obtener la paz”, dijo durante conferencia
Explicó que es importante que las autoridades deban evaluar con cuanta eficacia se están ejecutando los planes de seguridad y si están dando los resultados esperados.
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A juicio del jerarca católico, el hecho de que estén muriendo policías y militares, tomando en cuenta que todas las vidas son valiosas, es preocupante porque están asesinando a las autoridades que brindan seguridad a la población altamente vulnerada por la violencia", manifestó el arzobispo.
Escobar Alas también indicó que debe haber una “mano extendida” a los caminos de reinserción y rehabilitación, y además una apuesta clara al desarrollo de las comunidades más empobrecidas y vulnerables a la violencia. “Hay que intensificar estrategia nacional y desarrollar más oportunidades jóvenes y adultos”, acotó.
Añadió que para atacar la descomposición social a la que se enfrenta el país urge ir a las causas y raíz del problema. A la fecha, un total de 41 miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) han muerto a manos de pandilleros, quienes atacan a los agentes en su día de descanso, en emboscadas y operativos. Además 20 militares se suman a la lista de homicidios. De enero a octubre de este año, la PNC reporta un total de 474 pandilleros muertos en 520 enfrentamientos armados.
El Salvador se ha perfilado como uno de los países más peligrosos del mundo, con una tasa de homicidios en 2015 de 104 por cada 100 mil habitantes, para pocas semanas para terminar el año el panorama no vislumbra un cambio considerando que los constantes enfrentamientos entre pandillas y policías parecen perpetuar un ambiente se incertidumbre para toda la población.