La huelga secundada por trabajadores del sector público y por personal de tierra de la aerolínea germana Lufthansa, que afecta a cuatro aeropuertos de Alemania, alteró notablemente la rutina en el país causando numerosas complicaciones, sobre todo para los viajeros.
La potencia europea amaneció con jardines de infancia cerrados, con tranvías fuera de servicio y con hasta 800 vuelos cancelados en los aeropuertos de Fráncfort, Múnich, Colonia y Bremen que han dejado en tierra a cerca de unos 90.000 pasajeros. Sus efectos se han dejado sentir también en otros aeródromos como el de Tegel, en Berlín.
"¿Cuándo, si no es ahora, se puede dar un claro salto hacia adelante para todos los trabajadores, también para los del sector público? Nosotros estamos decididos a lograrlo", señaló hoy el presidente del sindicato Verdi, uno de los mayores del país, Frank Bsirske, en relación a la buena situación económica de Alemania.
"Los trabajadores del sector público también se deben beneficiar (del buen rumbo de la coyuntura)", agregó.
"No es agradable, pero visto cómo se ha desarrollado todo, creo que (la protesta) es aceptable. En caso de que las negocaciones no logren un resultado razonable la próxima semana, entonces tenemos que contar con que las medidas de protesta irán en aumento", señaló desde Fráncfort uno de los viajeros afectados.
En este aeropuerto, el mayor de Alemania, unos 10.000 viajeros se vieron obligados a quedarse en tierra después de que cerca de un millar de trabajadores, según cifras facilitadas por una portavoz del sindicato Verdi, se uniesen a una huelga que se inició de madrugada y se prevé que se prolongue hasta las 18 horas de la tarde.
En total, en Fráncfort se calcula que hoy se suprimirán 660 conexiones, más o menos la mitad de las programadas, indicaron desde Fraport, la empresa que opera el aeródromo.
A ellas se suman además las cancelaciones y retrasos que han afectado a los aeropuertos de Múnich, Colonia y Bremen y la huelga que han secundado las empresas públicas de transporte en ciudades de la cuenca del Ruhr como Dortmund, Duisburgo o Essen, que han provocado numerosos atascos.
En Múnich, el segundo mayor aeropuerto de Alemania, unos 240 vuelos nacionales e internacionales se vieron afectados por el parón de 24 horas secundado hoy. De ellos, la mitad despegaron con retraso o fueron cancelados. Además, unos 500 trabajadores de Lufthansa, tanto del departamento de facturación de equipajes como de seguridad, participaron a primera hora de la mañana en una manifestación de protesta.
La medida de fuerza, convocada por el sindicato de empleados públicos y de servicios Verdi, es parte de una serie de huelgas en el sector público y de servicios que desde hace semanas viene afectando a la administración pública, hospitales, jardines de infantes y servicio de recogida de basura, entre otros.
Verdi demanda un seis por ciento de aumento salarial, al menos unos 200 euros al mes (246 dólares), para unos 2,3 millones de empleados. La patronal no ha efectuado hasta ahora ninguna oferta.
