Por Carlos Velis.
Tengo interesantes recuerdos de campañas pasadas. Cuando los candidatos debatían en el Paraninfo de la UES. Fue mucho antes de la existencia de todos los artilugios informáticos y, a pesar de eso, se llenaban a reventar. Recuerdo, en 1967, al doctor Fabio Castillo discutiendo con el general Sánchez Hernández. El planteamiento del doctor era: “Cinco grandes soluciones para cinco grandes problemas”. Su simpatía fue tanta, que la Iglesia llegó a amenazar con la excomunión a quien votara por él. Otra campaña de altura fue la de Héctor Silva para alcalde, donde debatió con Héctor Dada Hirezi, su más cercano contrincante.
Después, vino un deterioro, no de las campañas, sino de las ideas. Los planes de nación cayeron en descrédito. Yo estuve en la mesa de cultura para las elecciones de Paco Flores y para Tony Saca. Pura paja. Después, cuando la elección de Mauricio Funes, estuve con los amigos de Mauricio, como correspondía a mi perfil social.
Ingenuamente sugerí que continuáramos con las reuniones para hacer una asociación que hiciera la contraloría social al gobierno. Buen chiste. Para la campaña de Sánchez Cerén, ya estaba en el Consulado en Los Ángeles. De nuevo, ingenuamente, me compré una linda camisa roja para estrenarla cuando el “compa” llegara en campaña… Bueno, pensé, cuando nos visite ya presidente… No recuerdo si al final la estrené.
Así llegamos a la primera campaña de Bukele. No hubo debate, pero tampoco ideas. Todo fue improperios al candidato. En aquellos días publiqué “Ya entendí que no hay que votar por Bukele, ahora explíquenme por qué tengo que votar por su candidato”. Un amigo respondió: “Yo no discuto con ciegos”.
En esta campaña recién pasada, la inopia de ideas fue total. Excepto por un spot del presidente, que apelaba al mantenimiento de la seguridad nacional, Ni siquiera se conoció los nombres de los candidatos opositores.
No hubo una exposición de sus ideas, ni una crítica sensata al gobierno, solo insultos. Ni llamados al voto, sino ofensas con ventilador a toda la población. ¿Qué pasó con las ideas revolucionarias?, ¿Las canciones de corte social o de protesta?, ¿el reparto de volantes? ¿La perifoneada? Alegan miedo, pero eso ni ellos se lo creen. Es cierto que el gobierno no dio la deuda pública, pero eso no tendría que haber sido obstáculo. Pero ni en las redes sociales estuvieron muy dinámicos. A menos que para regar veneno. Eso sí.
En la elección anterior, me pareció que los partidos recién fundados, sobre todo con gente joven, podrían hacer el contrapeso al oficialismo, pero se dejaron llevar por la inercia general y se deslucieron.
Es preocupante el panorama. Muchos tenemos temores sobre una acumulación tan grande de poder en pocas manos. No se le niega a Bukele lo positivo que ha hecho en sus primeros cinco años. Pero no es solo él. Y como él mismo dijo, “no pongan las manos en el fuego por nadie; pero de seguir así, tendrá asegurado su tercer periodo, por aclamación popular.