Hemos cometido errores, demasiados. Hemos tratado de hacer lo mejor y hemos fallado.
Nuestro país es demasiado pobre, el 90% de la población no está bancarizada y no tenemos un censo desde hace 14 años.
Estamos haciendo lo posible por arreglar todo lo que estuvo mal por décadas, en una semana. Incluyendo los hospitales que literalmente se estaban cayendo.
Conseguimos dinero, que no es el que aprobó la Asamblea, porque ese ni siquiera se ha conseguido y mucho menos han aprobado gastos (que por decreto ellos son los únicos que lo pueden aprobar). Del dinero que conseguimos por nuestra cuenta decidimos darle $300 dólares a cada familia necesitada, pero ha sido casi imposible. Porque no tenemos censo, porque no tenemos cuentas de banco donde depositar, porque si decimos que vayan en orden, llegan todos a cobrar en desorden porque tienen hambre y viven en pobreza y se entiende. Aunque no fuimos nosotros los que los hicimos pobres, ni fuimos nosotros los que no los censamos o los culpables de que nunca se trabajó en cultura, para que fuéramos ordenados y pudiéramos entrar a una sucursal bancaria en orden.
El 90% de la gente que ha llegado a los bancos ni siquiera le tocaba llegar hoy. La mayoría de la gente que llegó a los CENADE iba a traer el dinero, cuando siempre dijimos que ahí no se entregaría dinero. Pero muchos no leyeron. Otros piensan que si llegan primero, le ganarán a los demás.
Muchos dicen que deberíamos hacer como la mayoría de países y solo poner toque de queda y que cada quien vea como hace en su casa. Que ni las potencias del mundo están dando dinero. Pero yo sé que la mayoría no tiene que comer y sería escoger entre el virus o el hambre. Y tratamos de diseñar sistemas para poder llevarles ese dinero y es falla tras falla.
Nos dicen que por qué no nos preparamos con tiempo. ¿Y cómo? Si hemos tenido que correr con todo, con obstáculos por todos lados y con problemas estructurales que no se pueden resolver en 2 semanas, aunque no durmamos ni un minuto y trabajemos a toda velocidad. Y en medio de una pandemia que tenemos que contener.
Estamos remodelando los hospitales. En pocos días vamos a haber terminado varios. Y me rompo la cabeza pensando por qué no los arreglaron en 30 años. Y ahora son los primeros que salen a quejarse de que nosotros no los terminemos en un fin de semana.
Lo peor de todo es que la infección aún no ha llegado a su punto más crítico, ni por cerca. ¿Cómo estará nuestro país en 2 semanas? ¿Y en 3?
La verdad, no lo sé. Solo sé que estará mucho peor, y si seguimos así, creo que ni lo podemos imaginar. Si ya estamos comiéndonos unos a otros cuando ni siquiera ha empezado la verdadera crisis.
Dios nos ampare. Aunque ya no sé si lo merecemos.