Las causas estructurales de la migración son muy complejas. Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), dijo que no resulta extraño que la mayoría de la población desee irse del país.
La migración no es una opción, es la única opción para muchos nacionales que no encuentran las condiciones para mejorar. Cuando se revisan las estadísticas lo que refleja es que la mayor parte de salvadoreños deciden irse a otros países para tener mejores condiciones de vida o porque la inseguridad se convierte en un lastre y por tanto, tienen que abandonar El Salvador.
Castaneda explicó que “es importante el tema porque pareciera que los salvadoreños, hondureños y guatemaltecos se van de sus países porque lo que quieren es irse a tomar una foto en Disneyland o ir a conocer algunos de los estadios de fútbol americano; y no es así, se van porque no tienen las condiciones adecuadas en su países de origen”.
Lo que se ha observado en los últimos meses es una crisis migratoria de gran calado, las imágenes de ver a niños y niñas enjaulados, de personas que están siendo separadas de sus familias, lo que demuestra es que la actual política migratoria de Estados Unidos es inhumana y que va en contra de los derechos básicos que debería de tener cualquier persona.
A partir de ello, es importante comenzar a abordar cuáles son las causas estructurales por las que las personas se van, precisa Castaneda.
El problema no es nuevo, y lo que ha pasado es que las políticas que han adoptado los países no han sido capaces de encontrar una solución. Por ejemplo, una de estas razones es el desempleo, o los bajos salarios y prácticamente en los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), se concentra el 85% de los pobres de toda la región centroamericana.
Lo anterior lo que demuestra es que cuando llega cada fin de mes, estas personas no tienen ni para comprar sus alimentos, por eso no es de extrañarse que naciones como Guatemala, la mitad de niños menores de 5 años estén sufriendo desnutrición crónica, que es comparable únicamente con países de África o que están en guerra; y esa es la realidad que se esta viviendo en la actualidad.
Esto tiene que ver con las políticas económicas que han adoptado los países del istmo que no han logrado resolver los problemas de pobreza y desigualdad.
Adicionalmente, uno de los grandes problemas de los países del Triángulo Norte es la inseguridad, con las tasas de homicidios más altas de Latinoamérica e incluso a escala mundial. Este fenómeno social es más marcado en Honduras y El Salvador, razón por la cual las personas se ven obligadas a migrar.
“Muchas veces uno se pregunta, ¿cómo una persona puede tomar la decisión de recorrer un largo camino en el que pone en riesgo su vida y la de sus familias, y es porque esos riesgos son menores con respecto a la realidad que viven en el país”, consideró Castaneda.
Año con año, lejos de mejorar las condiciones de seguridad en los países del Triángulo Norte, se han agudizado.
Ea en este contexto, que ICEFI trabaja en la parte de los presupuestos. Una de las características que han detectado es que hay una reducción del gasto social, es decir educación, salud y protección social.
A la vez ha habido un incremento en el gasto de Defensa que se explica por múltiples variables; en primer lugar para colocar el tema de la seguridad en la lógica de la represión y no de la prevención.
Adicionalmente, Estados Unidos considera el problema de la migración como algo que afecta la seguridad nacional y por lo tanto, la mejor manera de detenerla es asegurar que en las fronteras no pasen las personas, aunque al final, estas acciones no son las adecuadas.
Guatemala acaba de firmar un convenio para convertirse en un tercer país seguro, lo que es una indirecta para los salvadoreños y hondureños, porque cuando ciudadanos de estos países quieran pedir asilo a Estados Unidos, deberán estar en Guatemala en lo que se da el proceso. Los convenios internacionales establecen que, mientras a estas personas se les resuelve su estatus migratorio, Guatemala tiene la obligación de darle las condiciones en términos de generación de empleo, educación y salud.
“Pero al revisar las políticas guatemaltecas en esa materia, nos terminamos dando cuenta que son las mismas razones por las que los salvadoreños y hondureños están migrando.
Castaneda señaló que tal parece que Estados Unidos quiere que Honduras, Nicaragua y Costa Rica sean países seguros.
Convertir a El Salvador en un cuarto país seguro implicaría que mientras un hondureño por ejemplo, esté en el país mientras le resuelven su pedido de asilo en Estados Unidos, el Estado salvadoreño debe darle empleo, educación y salud; obviamente lo que ocurriría es agudizar más el problema, y por ende, ninguna de estas naciones tienen las condiciones o la capacidad de convertirse en países seguros.
Lourdes Molina Escalante, coordinadora de política fiscal de ICEFI opinó que un punto fundamental que nunca se aborda es el derecho a no migrar, es decir, que en el país se formulen políticas adecuadas para que las personas puedan desarrollarse.
“Los Estados tienen la obligación de generar las condiciones para que las personas se queden”, consideró Escalante.
En resumen, la forma en que se estructura el Presupuesto General de la Nación incide en el bienestar de las personas, si se quiere hablar de políticas fiscales.
Todo tiene que ver en que el Estado debe dar a sus ciudadanos acceso a una vida digna, salud, educación y servicios públicos de calidad.
En Centroamérica lo que se ve es una caída en la carga tributaria, en Guatemala es de 9.8 del Producto Interno Bruto (PIB), es decir que por cada 100 quetzales, el Estado solo recauda 9 y eso es insuficiente para llevar a cabo programas sociales. En El Salvador es de 18% del PIB y se prevé que para el próximo año caiga.
La corrupción es otro factor que influye, pues esos recursos que estaban destinados para programas, nunca llegaron y terminan afectando a la población.