El concepto binomial de la política tradicionalista, representado en el FMLN y ARENA, languidece materialmente a medida que los colectivos de Nuevas Ideas en cada municipio del país, empiezan a organizarse con mayor energía después del pasado triunfo electoral de Nayib Bukele.
En el tradicionalismo político-partidario de los dos partidos que gobernaron El Salvador desde 1989, no se calculó adecuadamente que las nociones sobre la ideología, tanto de derechas como izquierdas que con tanta fuerza lideran, referencian actualmente dos perfiles de ejercicio del poder gubernamental parecidos entre sí y que a la vez son marcados por la corrupción, el nepotismo, el clientelismo y la mediocridad.
En Nuevas Ideas, a diferencia del FMLN y ARENA, la irrelevancia por exigir a cada miembro activo una devoción ideológica y proclive por ideas superficiales de izquierdas o derechas, resulta una contundente evidencia de la voluntad de quienes conforman este nuevo partido por solidificar el fin de la posguerra y aspirar a gobernar desde la constitución de nuevos paradigmas.
Es importante definir pues los enfoques a utilizarse para apreciar la amplia fenomenología de las problemáticas sociales, culturales, económicas y políticas apoyándose sobre todo en la multidisciplinariedad del quehacer de las ciencias sociales, la promoción de los derechos humanos, la participación ciudadana, la gestión eficiente de proyectos construidos comunitariamente, la visión estratégica organizacional para responder de inmediato a las necesidades de aquellos que no cuentan con apoyo y la planificación del quehacer político para desapegarse de las prácticas improvisadas, populacheras, intrascendentes e insultantes a la dignidad humana, como obsequiar un par de láminas, aprovecharse de infortunios para vender la fotografía, prometer proyectos técnicamente inviables, etc.
Es apremiante preguntarse qué utilidad ha representado para la población gobernada que exista un debate público sobre la pertinencia o no de una ideología de izquierdas o de derechas en el país, ¿o acaso no era una queja recurrente de parte de varios profesionales la asfixiante polarización de las dos extremas político-partidarias?
Lo que puede lograr la organización nacional de Nuevas Ideas es empequeñecer por completo la incidencia de los partidos ARENA y FMLN en tanto que rompa con las prácticas ejercidas por estas dos instituciones y a la vez proyecte una nueva concepción utilitarista de lo político en la cual lo ideológico tenga una incidencia exigua.