La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), advirtió este miércoles que debido a la falta de liquidez, el Estado podría tener problemas para continuar operando “normalmente” y cumpliendo con el pago de salarios, deudas, alquileres, bienes y servicios entre otros a partir del mes de agosto.
Hasta el primer trimestre de 2016, se estima que el déficit fiscal llegó a $146.2 millones. Según el documento las necesidades brutas de financiamiento del sector público ascienden a $2,163.7 millones, lo que equivale al 8% del PIB. No obstante, las fuentes disponibles de financiamiento, son menores y alcanzan los $957.5 millones.
El Informe de Coyuntura Económica de la entidad, refleja que los recursos por préstamos que están a disposición del Gobierno son menores que las necesidades de pago, lo que provoca una situación de “iliquidez” para las finanzas.
Según Álvaro Trigueros, Director Estudios Económicos de FUSADES “no hay dinero para llegar a fin de año", lo que ha permitido que El Salvador se enfrente a “riesgos fiscales fuertes”. “No existe dinero para acabar el año, a partir de agosto no le quedará más alternativa del Estado que dejar de pagar salarios deudas, alquileres, pagos de bienes y servicios”, acotó durante una conferencia de prensa.
Por el momento, el Estado percibe alivió pues entre abril y mayo ingreso el monto en concepto de declaración sobre el impuesto sobre la renta, que suma un poco más de $300 millones, sin embargo, según Trigueros el monto adicional solo alcanzaría a cubrir las necesidades de unos cuantos meses.
De acuerdo con el análisis de FUSADES, pese a que en 2015 si bien el nivel de crecimiento económico alcanzó el 2.5% y el déficit fiscal descendió levemente de $907 a $851.7 millones, la deuda pública como porcentaje del PIB aumentó de 59.8% a 61.4%.
El documento explica que para alcanzar el objetivo de estabilizar la deuda, el descenso en el déficit debería ser mayor y alcanzar como mínimo una corrección entre los ingresos y gastos por que $400 millones, lo que equivale al 1.4% del PIB.
“Sin crecimiento económico y sin corrección es fiscales, el costo será más alto”, asevera el documento. Trigueros también recordó que a finales de 2015 los acreedores del Gobierno, de acuerdo con el informe de gestión financiera, cobraban alrededor de 306 millones de dólares en concepto de remuneraciones, adquisiciones y transferencias de capital.
Investigadores señalaron que no se experimentaba una situación en las finanzas públicas de esta magnitud desde la década de los 80″™, por lo que empezar a buscar medidas para enfrentar el desafío es inminente. “La tarjeta de crédito ya topó, si ya no puede usar entonces se hace necesario un acuerdo nacional para lograra financiamiento y ordenar las finanzas públicas”, remarcó.
Ante las afirmaciones de algunos sectores que sugieren que el Gobierno salvadoreño busca la aprobación de la reforma al Sistema de Pensiones para atajar la crisis fiscal, Trigueros explicó que análisis indican que por la vía de las pensiones no se resuelve el problema fiscal y enfatizó nuevamente en la necesidad de un acuerdo para ordenar las finanzas públicas.
Sobre la dinámica de la economía salvadoreña en 2015, FUSADES indica que se refleja un leve crecimiento económico, no obstante, la creación de empleos continúa siendo insuficiente para sustentar un desarrollo sostenible en el tiempo y mejorar la calidad de vida de la población.
Uno de los temas que más preocupación genera es que el indicador del clima de inversión fue de -48.4%, manteniendo la percepción negativa por más de ocho años seguidos. El mismo documento revela que los tres factores más señalados por los empresarios, fueron la delincuencia, incertidumbre y bajo crecimiento económico.
Otro de los puntos que incide en el que denominaron “quiebre en las señales de crecimiento”, es el deterioro en el mercados laborar registrado en los primeros dos meses de 2016, con una reducción de 6,200 cotizantes al ISSS. Y finalmente las exportaciones que según la Fundación decrecieron 10.45%,