Wall Street cerró la jornada del jueves con fuertes pérdidas y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, retrocedió un 0.93 % arrastrado por las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte.
La escalada dialéctica entre ambos gobiernos siguió pesando hoy en el parqué neoyorquino, que encadenó su tercera sesión en negativo.
Todos los sectores de Wall Street cerraron hoy en negativo. Al cierre de las operaciones, el Dow Jones bajó 204.69 puntos y perdió la barrera de los 22,000, terminando la jornada en 21,844.01 enteros.
Por su parte, el selectivo S&P 500 se dejó un 1.45 % o 35.81 unidades hasta 2,438.21 puntos, mientras que en un día especialmente malo para las tecnológicas, el índice compuesto del mercado Nasdaq, fue el que más sufrió y cayó un 2.13 % o 135.46 puntos, hasta 6,216.87.
Tras repetidos récords, Wall Street giró hacia el rojo el pasado martes después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazase con responder a Pyongyang con "un fuego y una furia nunca vistos en el mundo".
Este jueves Trump insistió en su duro lenguaje y aseguró que esas advertencias "quizá no fueron lo suficientemente fuertes".
Unas horas antes, el régimen de Kim Jong-un había afirmado que tiene cuatro misiles de alcance medio apuntando a la isla estadounidense de Guam y listos para ser lanzados en cuando el presidente dé la orden.
Según muchos analistas, la corrección en el mercado era previsible tras las fuertes subidas de las últimas semanas y la crisis norcoreana ha servido de empujón definitivo.
Como es habitual, los inversores se refugiaron hoy en valores considerados seguros como el oro y el yen japonés.
Apple, que forma parte de los 30 valores del Dow Jones, lideró las caídas en ese índice con un -3.22 %, seguida de Goldman Sachs (-2.39 %), Cisco Systems (-1.96 %) y General Electric (-1.59 %).
McDonald’s (1.10 %), Coca-Cola (0.33 %) e IBM (0.05 %) fueron las únicas empresas del Dow Jones que lograron avances hoy.
Al cierre de Wall Street, el oro subía con fuerza hasta 1,291.30 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años retrocedía al 2.203 % y el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1.1778 dólares.