El Salvador ya forma oficial parte de la Corte Penal Internacional, esto permite la entrada en vigor del Estatuto de Roma y sus dos enmiendas aprobadas en Kampala, Uganda, para enjuiciar el crímenes de genocidio, de lesa humanidad, de guerra y de agresión.
Es así que El Salvador se convirtió en el 124º Estado parte del Estatuto de Roma, tras presentar el instrumento de adhesión en marzo pasado en una sesión especial en Nueva York. El acto fue celebrado en la sede del referido ente de justicia, en La Haya, Países Bajos.
Monseñor José Luis Escobar Alas festejó la adhesión oficial de El Salvador y mencionó que con este acto el país se somete a que la Corte Penal Internacional lo pueda juzgar “en caso de violación de los derechos humanos”.
El Estatuto de Roma nació el 17 de julio de 1998 con el fin de proteger la vida humana y sobre todo de juzgar a aquellos responsables de cometer delitos graves contra la dignidad humana y contra la paz mundial.
La representante de El Salvador en la recepción oficial fue la embajadora Aída Santos de Escobar, quien, en nombre del país, se comprometió a asumir “de manera plena la tarea que nos corresponderá desarrollar a partir de esta fecha, no solo en las labores que lleva adelante la Asamblea de Estados Parte, sino también en los distintos mecanismos de trabajo y fortalecimiento referidos a la gobernanza, la efectividad de la cooperación, el presupuesto y la planificación estratégica de actividades”.
Por su parte, Hugo Martínez, Canciller de la República, mencionó, a través de un video expuesto en el evento, que “este instrumento al que nos adherimos, bajo la fiel convicción que tenemos, como una nación democrática, de continuar nuestra labor por la promoción de los derechos humanos, es para nosotros un importante llamado de atención y un disuasivo para que nunca más se cometan horrores como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, la guerra y la agresión”.
De igual forma dijo que el Estatuto de Roma tiene un carácter complementario de las jurisdicciones penales nacionales, lo que representa una garantía de no repetición de capítulos tristes en la historia salvadoreña.
Según expertos en derechos humanos el Estatuto de Roma tendrá una doble función: como instrumento de garantía de respeto; y como mecanismo de prevención para asegurar que hechos como los crímenes de genocidio, de guerra y de lesa humanidad no vuelvan a repetirse en el futuro y que en caso de suceder no vayan a quedar en la impunidad.