El Salvador se unió a la lista de 58 países que durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York han suscrito un acuerdo para detener la comercialización de artículos usados para la tortura y la pena de muerte.
La Alianza Mundial para el Comercio sin Tortura es una iniciativa de la Unión Europea, Argentina y Mongolia que ha sido apoyada por el resto de naciones.
El derecho internacional prohíbe la tortura bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, según sus promotores, todavía existe un mercado de instrumentos destinados a matar y causar dolor como porras con púas metálicas, cinturones para descargas eléctricas y dispositivos para suspender a las personas desde la cintura mientras se le aplican descargas eléctricas, además de productos químicos usados para las ejecuciones y sistemas de inyección forzosa.
“Estos productos no tienen otra finalidad que la de infligir un dolor terrible a las personas y matarlas. Ha llegado el momento de tomar medidas concretas para detener este vil comercio. Estoy admirada de ver cuantos países en todo el mundo han firmado esta Declaración y se han unido a esta Alianza. Unidos, demostraremos que no toleraremos más esta comercialización”, manifestó la comisaria de Comercio de la Unión Europea, Cecilia Malmstrí¶m.
Los países miembros de la alianza han acordado trabajar en cuatro cuestiones para garantizar un impacto real en el tema:
“¢ Tomar medidas para controlar y restringir las exportaciones de estos productos.
“¢ Dotar a las autoridades aduaneras de los instrumentos adecuados: la Alianza creará una plataforma para supervisar los flujos comerciales, intercambiar información y detectar nuevos productos.
“¢ Proporcionar asistencia técnica para ayudar a los países a establecer y poner en marcha leyes que prohíban dicho comercio.
“¢ Intercambiar prácticas para conseguir sistemas de control y cumplimiento eficientes.
Como consecuencia, en parte, del endurecimiento de las normas de la UE, las drogas para las inyecciones letales se han hecho más difíciles de obtener y más caras. Sin embargo, los productores y comerciantes de estos productos tratan de eludir esta legislación, de manera que, cuantos más países se comprometan a prohibir la exportación de este tipo de productos, más efectivos serán los esfuerzos para poner fin a su comercio.
La Alianza es una manera de tomar medidas concretas y específicas para detener el comercio de estos productos a nivel mundial, haciendo mucho más difícil su obtención, explicaron sus promotores.