Con la derogatoria de la Ley de Amnistía, comienza el fin de la impunidad. Todos deberíamos estar aplaudiéndola; sin embargo, algunos sectores, de diferentes banderas políticas, consideran que se puede dañar al país, que va arder Troya, que se avecina un caos y otras expresiones similares. ¡No!, nada de eso va a ocurrir; todo lo contrario, vamos a conocer la verdad, se van a cerrar las heridas, se comenzará a castigar a los que han cometido ilegalidades y a los que constantemente violan las leyes. Ya ocurrió en Alemania, Chile y Argentina, cuyas democracias resultaron fortalecidas.
Recordémonos que en nuestro país hay un sinnúmero de faltas que se cometen a diario, muchas veces por las mismas personas, desde las que no quieren usar las pasarelas, pasando por conductores que irrespetan las leyes de tránsito, hasta las que cometen actos de corrupción y asesinan a mansalva, ¡y no les pasa nada! ¿Por qué? Porque nuestras instituciones están muy debilitadas. ¿O creen ustedes que estar empujando un vehículo de la PNC, por falta de gasolina o batería, es tener una institución fuerte? ¿O una Fiscalía con pocos recursos va a ser muy efectiva? Pues ahora es cuando -señores analistas, medios de comunicación, tanques de pensamiento, empresa privada y gobierno- tenemos que ponernos serios y no andar con medias tintas, ni mucho menos, ser aves de mal agí¼ero, hay que fortalecer nuestras instituciones, paguemos correctamente nuestros impuestos, evitemos la evasión y la elusión y apoyemos a la Sala de lo Constitucional (SC), porque esa resolución es histórica: ¡es el principio del fin de la impunidad!
NOTA: Señores de la SC, ya nos ahorraron los gastos de los 84 diputados suplentes, ¿Cuándo nos van a dar la buena noticia sobre los asesores que tiene cada diputado de la Asamblea Legislativa (AL)? Recuerden que la Constitución estipula que para ser representante de la AL, hay que tener instrucción notoria.