El 1 de junio de 2019 el país tendrá nuevo presidente. Antes de eso el candidato ganador de los comicios de febrero pasado no es más que un ciudadano. Uno que durante su campaña dijo cuantas frases obvias le resultaron para ser electo presidente de la República.
Sin propuestas ni programa de gobierno más allá de una publicitada lista de ocurrencias copiadas de sus adversarios, entre otros documentos, además de otras ofertas mediáticas irrealizables en un país desfinanciado y pobre. Nada más.
Un empresario que ganó con un discurso populista anti ideologías, pero que en su primera gira internacional fue a parar a la fundación "Heritage" de extrema derecha, para rendirles informe sobre sus "nuevas ideas", que en términos reales constituyen no más que el vetusto discurso ideológico ultra conservador, neoliberal.
Un empresario que prontamente dejó de lado el discurso anti partidos políticos que lo hizo ganar para terminar admitiendo las "cien mil cosas" en las que coincide con la extrema derecha representada en el partido ARENA. Un ciudadano electo presidente que termina halagando al alcalde arenero de la capital a quien él y sus asesores insultaron en la campaña.
Atrás quedaron las frases trilladas "los mismos de siempre"; "arena nunca más"; "devuelvan lo robado"; "ni de izquierda ni derecha", con la sinuosa conducta política del ciudadano electo presidente. Sus seguidores estarían, al menos, desconcertados, sino burlados en la buena fe que algunos de ellos depositaron en su candidatura.
La historia del país sigue, no se detiene por los tuits y publicaciones bizarras del ciudadano electo presidente. Dos muchachos estudiantes fueron asesinados el viernes 5 de abril en el municipio de Mejicanos. Se equivocaron de bus, de lugar, de momento. Hordas criminales cercenaron su presente y futuro. Y el ciudadano electo presidente, calla.
Las horas siguientes, el ciudadano electo presidente publicó en sus redes sociales una serie de incoherentes tuits, exhibiendo un Ferrari y hasta llamando a sus seguidores a relajarse, para robustecer su brillante idea para el país se ayudó con el gráfico de una "dona".
Mientras el ciudadano electo presidente publica que sus seguidores se relajen, el sistema de pensiones privado en El Salvador ha colapsado. Implica una gigantesca cárcava en las finanzas públicas que enriquece a un grupúsculo de inversionistas en detrimento de cotizantes y pensionados presentes y futuros. El ciudadano electo presidente no dijo nada en su campaña y no lo hace ahora.
Mientras el ciudadano electo exhibe su boato, niños, niñas y jóvenes siguen siendo asesinados por grupos criminales sin que el país sepa qué se va a hacer al respecto.
Mientras el ciudadano electo justifica en sus redes sociales el bayunco diseño de estrellitas gringas en su papelería que altera los símbolos patrios consignados en la Constitución, el país continúa en riesgo de privatización del agua.
Mientras el ciudadano electo juega a la víctima provocadora en redes sociales, promoviendo la desestabilización política de la región centroamericana, el país no conoce qué se va a hacer respecto a políticas públicas en salud, educación o desarrollo de infraestructura.
Mientras el ciudadano electo quiere imponer su capricho para realizar un lujoso espectáculo de luces para ensalzar su figura personal en su ceremonia de toma de posesión pasando por alto a la Constitución de la República y a los órganos del Estado, el país desconoce qué se va a hacer para recuperar los USD$2,500 millones anuales que se pierden en evasión, elusión y contrabando.
Mientras tuitea sus ocurrencias, el ciudadano electo calla ante la posibilidad que la esposa del ex Presidente arenero y actual reo Elías Antonio Saca González, vaya a casa y haga trabajos de "utilidad pública" por lavar USD$22 millones de los salvadoreños y salvadoreñas. Ana Ligia Mixco Sol de Saca es pariente de Michelle Sol, alcaldesa de Nuevo Cuscatlán y protegida del ciudadano electo presidente.
Mientras el ciudadano electo presidente, se pelea con todos y con todo para llamar innecesariamente la atención, el país no sabe de propuestas, ni programas, ni políticas públicas ni siquiera quiénes formarán su gabinete de gobierno.
Es muy probable que el ciudadano electo presidente esté peleando el reparto del gobierno con su partido GANA, allá ellos, pero ni siquiera ha nombrado la comisión de transición que corresponde para asumir su administración. Lo único que el país ha visto es a la embajadora estadounidense fungir como su portavoz oficial… y madrina.
Hay cosas más importantes, fundamentales y relevantes que merecen ser atendidas por el ciudadano presidente electo. La vida real continúa para millones de salvadoreños/as, más allá de los tuits, berrinches, obsesiones y exhibiciones de lujo, ignorancia y egocentrismo del ciudadano presidente electo
El país merece sensatez y madurez en la primera magistratura del complejo Estado salvadoreño.
Al menos eso.