El desarrollo económico y social de las sociedades no ocurre en forma lineal, a veces, éste ocurre por saltos y se logra gracias a momentos en los que el destino se encuentra con la oportunidad. Estos momentos esconden el secreto de la causalidad, y son causantes de potentes procesos de expansión que tienen la capacidad de transformar totalmente la realidad de las personas y las naciones.
Estas son ocasiones extremadamente raras, elusivas y difusas, perdidas en la trayectoria de la historia. Pero las hay y han sido responsables del cambio sustancial del destino de las naciones. Por ejemplo, ese momento que Corea del Sur emprendió su marcha hacia la industrialización: la vez que Chung Ju-yung, fundador del Grupo Hyundai, conoció por casualidad y termino por convencer a un inversionista inglés de darle el contrato de construir un buque de carga pesada cuando en Corea no tenían ni un solo astillero; Park Chung Hee, Presidente en ese momento, creyó en la oportunidad y brindó el apoyo financiero y político para terminar el buque y el primer astillero de Corea.
El día que Jack Mallers conoció la playa del Zonte y comenzó la idea de implementar la transferencia de remesas a través de la tecnología de la segunda capa, o lightning network, en la red Bitcoin será un momento que pasará, quizás, disminuido en la historia del país. Sin embargo, el día que este joven emprendedor logró convencer al Presidente de El Salvador de las oportunidades que se abren con el patrón Bitcoin tiene la marca de ser un legado que pasará a la historia. No es para menos, la noticia de que se legalizará el Bitcoin en El Salvador, nos ha colocado como país, en el ojo del mundo y en los ojos de la historia.
El número de personas que se enteran del Bitcoin crece día con día, y estoy seguro que para finales del 2021 no quedará una persona en El Salvador que no haya sido afectado por el Bitcoin. Hay algunos que no ven con buenos ojos este proyecto, otros que no saben sobre los efectos, sin embargo, a ellos les digo: la perspectiva lo es todo. En perspectiva, es un error comparar la dolarización con la “bitcoinización”, de hecho, la perspectiva correcta sería más bien comparar esto con las propuestas de implementar una red de ferrocarriles en el país en 1872, la electrificación nacional, la industrialización, o bien, el surgimiento y expansión del internet en los noventa.
El momento de oportunidad no está en la utilización del Bitcoin como medio de pago, o en la especulación desenfrenada del activo, estos desafíos ya estaban en la mesa. Pero el asunto principal es este: El Salvador se vuelve en el principal punto de desarrollo y de investigación para la implementación de soluciones a escala industrial de la llamada “lightning network”, esta tecnología es más grande que Microsoft, Apple, Amazon, Tesla,…, etc., y la misma será desarrollada en casos de aplicación a escala nacional en El Salvador, de la mano de los líderes de la industria: Zap y Blockstream. De los encadenamientos productivos y de aprendizaje que logren realizar los emprendedores salvadoreños, el futuro del país en la cuarta revolución industrial.
La magnitud de la oportunidad que se abre al país es incomparable, porque a la fecha, solo El Salvador ha tenido la visión, la oportunidad y convicción de apostar su futuro con la tecnología Bitcion. La propuesta de Ley que llegará a la Asamblea Legislativa en los próximos días abre la ventana de oportunidad, el momento, pero es la sociedad salvadoreña la que debe apropiarse del mismo: de este momento Bitcoin.