Alrededor de 15 millones de niñas se casan antes de los 18 años a nivel mundial, es decir, casi una cada dos segundos, así lo revela el Informe sobre Desarrollo Humano 2016 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La dimensión de la problemática del matrimonio infantil también arrastra a la niñez salvadoreña, desembocando en otros efectos que atentan contra sus derechos fundamentales.
Como un denominador común, las mujeres se enfrentan a diario con situaciones que las ponen en desventaja con relación a sus pares, muchas vinculadas a la violencia en sus diversas expresiones. En El Salvador cada hora tres niñas o adolescentes se embarazan en un contexto de altos índices de matrimonios infantiles y abusos sexuales. Las estadísticas fueron publicadas en el documento ‘Mapa de embarazos en niñas y adolescentes’ del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
"En muchas ocasiones el embarazo adolescente está estrechamente vinculado con las uniones tempranas o matrimonio infantil, colocando a las niñas en absoluta desventaja, responsabilizándolas de un rol para el que no están preparadas y en el que de acuerdo al marco legal nacional vigente las coloca como víctimas de delitos como la violación o el estupro", destaca le investigación.
Ante esta realidad, la diputada del partido FMLN, Lorena Peña, propuso reformar el Código de Familia alegando que hay una contradicción pues por un lado impide que los menores de 18 años contraigan nupcias, pero por el otro deja en libertad a las niñas de poder casarse si están embarazadas.
La propuesta de corregir los códigos 12 y 14, es respaldada por organizaciones feministas. Según la parlamentaria corregir esta ley también sería una forma de evitar la pedofilia.
La petición, plantea que en el artículo 14 del Código de Familia se establece en su numeral primero que “no podrán contraer matrimonio los menores de dieciocho” pero que de forma excepcional y contradictoria sostiene en el mismo artículo, inciso último, “autorización para que los menores contraigan matrimonio”.
El argumento legal de la propuesta es que la edad no cambia por el hecho de procrear un hijo en común, tampoco cambia por el hecho de que una mujer se encuentre embarazada; ambos son menores de edad y por su capacidad mental en la toma de decisiones no son lo suficientemente responsables.
Según el UNFPA, durante 2015 en promedio cada día 69 niñas o adolescentes quedaron embarazadas, o dicho en otros términos, tres embarazos cada hora, o bien un embarazo cada 21 minutos. En varios de estos casos las niñas son obligadas a contraer matrimonio.
El informe añade además que esta realidad limita el acceso "a la educación y la recreación, a la vez del riesgo que implica para su salud", además de colocarlas "en absoluta desventaja para la construcción y realización de un plan de vida que les permita su pleno desarrollo como mujeres".