El cambio climático ya es una realidad para El Salvador. Según autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, en las últimas seis décadas la temperatura promedio anual en el país aumentó más de 1.3 grados centígrados y los escenarios climáticos apuntan a un incremento entre dos y tres grados adicionales en las siguientes seis décadas.
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En el país los departamentos de Cabañas y La Unión forman parte del “corredor seco centroamericano”. Esta zona la conforman áreas “que reportan alta prioridad, tanto en el índice de movilidad humano, como en los problemas asociados a sistemas y desastres naturales”, se explica en la Encuesta de Hogares de Movilidad Humana que presentó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El estudio destaca que la pérdida de las cosechas y trabajo, así como la reducción de ingresos económicos, son los efectos de las sequías por el cambio climático que han afectado la zona.
Según el documento "Pautas de política para la restauración ecológica en un ambiente de clima cambiante", realizado con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert de El Salvador, “la adaptación al cambio climático envuelve la creación de resiliencia y aumento de la capacidad de adaptación ante las manifestaciones e impactos del cambio climático”.
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Especialistas indican que es necesario que los gobiernos locales y el Gobierno central otorguen especial atención a los problemas ocasionados por el cambio climático “debido a que ya se evidencian los problemas y se debe recordar que El Salvador es un país con alta vulnerabilidad al Cambio Climático”.
Las políticas de adaptación al cambio climático deben incluir por tanto: escenarios climáticos de referencia con la variabilidad climática y señal del cambio climático actuales; escenarios futuros de cambio climático a diferentes horizontes de tiempo y escalas espaciales apropiadas; escenarios de vulnerabilidad e impactos climáticos actuales y futuros; escenarios socioeconómicos; medidas de adaptación actuales y futuras entre otras.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), señaló que las sequías graves de los últimos años impactaron fuertemente a los productores agrícolas de subsistencia, principalmente a los que se ubican en los municipios que forman parte del Corredor Seco Centroamericano.
Datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) señalan que solo en 2014 las pérdidas en la agricultura por la falta de lluvias ascendieron a más de $70 millones de dólares; mientras que en 2015 las pérdidas fueron más de $75 millones de dólares. OXFAM por su parte ha expuesto que en El Salvador la sequía de 2014 afectó a un promedio de 103 mil productores en 105 municipios de los 12 departamentos.
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OXFAM explicó que hay unas 2.5 millones de personas en el corredor seco de la región que se vieron afectadas por el cambio climático y están siendo víctimas de inseguridad alimentaria. En marzo de este año, la entidad expuso que la sequía había afectado en los últimos años a 236 mil personas en Guatemala; 120 mil en Honduras; 100 mil en Nicaragua y 96 mil en El Salvador.