lunes, 13 mayo 2024
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El harakiri polí­tico del FMLN

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Las organizaciones polí­ticos militares que formaron el FMLN, en sus inicios en la década de 1970, blandí­an las consignas: Revolución hoy socialismo mañana, Revolución o muerte venceremos, Muerte a la oligarquí­a y al imperialismo yanqui, etc. Mientras tanto, la dirigencia del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), se burlaba de los guerrilleros, les decí­an que estaban infectados con la enfermedad infantil del izquierdismo, que la ví­a correcta no era la guerra de guerrillas, sino las elecciones, que se habí­an equivocado, aquí­ en El Salvador no existe la Sierra Maestra (Cuba) sino el Cerro de la Pavas en Cojutepeque, que en el paí­s no habí­an selvas sino matas de lorocos, etc., las burlas y el rechazo de la ví­a armada por parte de los comunistas, duró una década.

Las organizaciones polí­tico militares dispusieron formar un frente militar en 1980, entonces el PCS para no quedar afuera, apresuradamente resuelven de un dí­a para otro, que se convertirán en guerrilleros, por lo tanto, la guerrilla del PCS estaba formada por unas cuantas personas mayores de edad sin ninguna experiencia armada, no obstante, las demás fuerzas guerrilleras tení­an un década de estar combatiendo contra la Fuerza Armada Salvadoreña (FAS) y a los diferentes cuerpos represivos, como la Guardia Nacional, la Policí­a de Hacienda, la Policí­a Nacional, etc.

Las comandancias de las organizaciones revolucionarias se encontraban combatiendo en las zonas de control guerrillero y en los distinto teatros de guerra, pero como la guerrilla del PCS, por lo general, no se enfrentaban contra el enemigo, sino que lo evitaban (salí­an en guinda), prácticamente los comunistas, a pesar de permanecer en escenarios de guerra no tení­an actividad militar, porque no poseí­an la capacidad ni la fuerza guerrillera para realizar operativos de envergadura. Con el agravante que su máximo y non plus ultra dirigente Schafik Jorge Hándal, permanecí­a tranquilamente en Nicaragua, habitaba una de las residencias paradisí­acas que los sandinistas habí­an expropiado a los Somocistas.

En el momento de elegir un comandante que coordinara al FMLN, se presentó el problemas, de a quién elegir, como el único que no hací­a mayor actividad y se encontraba fuera del paí­s, se decidió por esas caracterí­sticas fundamentales designar a Schafik, y no porque se hubiera distinguido como un experimentado guerrillero, mucho menos por ser un estratega militar, cuando su posición estratégica fue mantenerse fuera del escenario polí­tico-militar del conflicto armado salvadoreño. Resulta ser, que la Comandantada del FMLN ha hecho creer a la militancia que Schafik fue el Che Guevara de la revolución salvadoreña, por eso tantas calles, monumentos, bustos y culto al Comandante Schafik. Sin embargo, los comunistas luego de ser una fuerza insignificante desde el punto de vista polí­tico- militar- se apoderaron del FMLN.

Schafik, para congraciarse con la FAS, le quitó la reserva de su existencia como institución armada, que habí­a sido consagrada en los Acuerdos de Paz, este fue el inicio de la derechización del FMLN, luego se eliminaron los discursos revolucionarios anti imperialistas y anti oligárquicos, la consigna era decir, somos de izquierda, para traicionar a su militancia que se vestí­a de color rojo con orgullo por el pasado glorioso y revolucionario del FMLN en la década de los ochenta.

El FMLN llegó en el año 2009 al poder polí­tico, convertido en un partido de derecha que cogobernó con la derecha histórica del paí­s, a favor de los intereses de la familia elite que constituye la oligarquí­a “salvadoreña”. Mientras Duarte realizó transformaciones estructurales y Alfredo Cristiani también, el primer personaje en función de la guerra y el segundo a apoyo de su clase social, el FMLN estuvo en el poder durante diez años 2009 ““ 2019, y no realizó ni un solo cambio estructural.

El FMLN, terminó diez años de “gobierno”, con un rechazo y hasta repudio por parte de la ciudadaní­a por la incapacidad, mediocridad y corrupción; y la cereza del pastel fue promover una ley para favorecer a los asesinos que cometieron crí­menes de lesa humanidad durante el conflicto armado salvadoreño, una ley de la impunidad, el FMLN resultó ser más de derecha que la derecha histórica, simplemente se hizo el  harakiri polí­tico.

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Oscar A. Martínez Peñate
Oscar A. Martínez Peñate
Escritor, politólogo y analista de la realidad nacional salvadoreña y centroamericana.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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