Warren Buffett usó su habilidad para hacer dinero para ponerse en el centro de atención, pero nunca requirió la atención para ganar dinero.
Para muchas personas, Warren Buffett cristaliza el significado del Sueño Americano. Es un hombre serio, folclórico, humilde y un hombre hecho a sí mismo, que ha acumulado y regalado más riqueza que casi cualquier persona en la historia de la humanidad. La gente compra libros y se suscribe a programas de capacitación para aprender a pensar, actuar e invertir como Warren Buffett.
En la reunión anual de Berkshire de este año, respondiendo a un llamamiento a estrategias de inversión políticamente responsables, Buffett explicó lo que solo un hombre con su sabiduría podría explicar: "No creo en la imposición de mis opiniones políticas sobre las actividades de nuestros negocios. Creo que si entiendes qué negocios son puros y cuáles no puros, es muy difícil hacer ese llamado".
Aquí está la definición 3D de hoy:
Puro (en el mundo de las finanzas):
Peligrosamente sospechoso y evitado dado que estrictamente se adhiere a los principios morales o valores sociales, es probable que obstaculice la capacidad de maximizar los beneficios.
NOTA CONTEXTUAL
Buffett es el mejor experto en la habilidad más importante asociada con el sueño americano: ganar dinero. Entiende que las otras cosas con las que la gente se preocupa con frecuencia -la política, el orden social, la moral pública- son posibles distracciones de su misión como inversor, que consiste en encontrar formas de sacar provecho de lo que otras personas hacen.
Hacer dinero es importante en la cultura estadounidense por dos razones. El primero es obvio: el dinero es necesario para la supervivencia, la seguridad y la comodidad que merece la raza de los europeos que conquistaron el continente por sus problemas. El segundo es más sutil: el éxito monetario, en la tradición calvinista, es el signo de la gracia de Dios. Si Dios ha elegido a alguien para ser exitoso, no importa lo que haga en su vida ya que su éxito ha sido predestinado. En consecuencia, no debe permitirse que las consideraciones mundanas de la moralidad pública perturben su camino hacia un éxito cada vez mayor.
NOTA HISTÓRICA
Todo el mundo sabe que los fundadores de la cultura estadounidense fueron los primeros puritanos de Nueva Inglaterra, aunque algunos historiadores, como el mayor Danny Sjursen, han señalado que los primeros colonos fueron los capitalistas de Virginia, deseosos de ganar dinero exportando tabaco adictivo a Inglaterra.
Sjursen relata los verdaderos orígenes de la colonización inglesa de América. "La expedición respaldada por corporaciones -por la Compañía de Acciones de Virginia- buscó tesoros (piense en oro), para encontrar un pasaje al noroeste de la India y equilibrar a los católicos españoles rivales. Pero, ante todo, buscaron ganancias".
Los habitantes de Virginia suministraron la otra mitad de la lógica de la cultura estadounidense: no perder el tiempo y dedicarse al negocio de obtener ganancias. Buffett ha heredado ambas tradiciones y cumple su promesa: está dedicado a obtener ganancias y está comprometido con una filosofía que dice que cuanto más dinero gane, más piadosas serán sus acciones.
Al igual que los propios puritanos, Warren Buffett puede descartar convenientemente la crítica moral de sus inversiones porque son obstáculos potenciales para el cumplimiento de su misión.
Uno no puede dejar de notar el extraño pero similar caso de Donald Trump. Buffett, cuyo padre era un pequeño empresario y luego un político, se convirtió en una celebridad al hacerse excesivamente rico gracias a su talento para invertir en el mercado bursátil. Para generaciones de adeptos del Sueño Americano, Buffett se convirtió en el máximo faro de la sabiduría de inversión.
Trump, cuyo padre era un magnate de bienes raíces, se hizo rico promocionándose a sí mismo como una celebridad, primero a través de transacciones inmobiliarias bien publicitadas, luego a través de un reality show de televisión y finalmente como un político. Él utilizó su posición en el centro de atención para atraer dinero. Buffett usó su habilidad para hacer dinero para ponerse en el centro de atención, pero nunca requirió la atención del público para ganar dinero.
Finalmente, si muchos estadounidenses ven a Buffett como la encarnación del sueño americano, cada vez más verán a Trump como la encarnación de la pesadilla americana.
Los puritanos, por otro lado, ganaron su nombre al insistir en la pureza, aunque sus acciones, a medida que despejaron progresivamente a los nativos americanos de la tierra que consideraban su Lebensraum requerido (territorio adicional considerado por una nación, especialmente Alemania nazi, como necesario para la supervivencia nacional o para la expansión del comercio.), no pueden describirse como extremadamente puras según los estándares morales de los demás, aparte de los suyos.
Si consideramos que el modelo puritano es la base de los valores estadounidenses, Buffett claramente va contra la corriente de un meme importante en la cultura estadounidense. Los puritanos se definieron a sí mismos al insistir en la pureza o un compromiso absoluto con un conjunto único de ideas e ideales morales, vinculados por supuesto, en la economía calvinista, a la predestinación. Proporcionaron el modelo de la idea de que la riqueza era el KPI principal (el indicador clave del rendimiento) de la gracia de Dios.
(*) [En la época de Oscar Wilde y Mark Twain, otro ingenioso estadounidense, el periodista Ambrose Bierce, produjo una serie de definiciones satíricas de términos comúnmente utilizados, arrojando luz sobre sus significados ocultos en el discurso real. Bierce finalmente los recopiló y publicó como un libro, The Devil’s Dictionary (el diccionario del diablo), en 1911. Nos hemos apropiado desvergonzadamente de su título con el interés de continuar su sano esfuerzo pedagógico para iluminar a las generaciones de lectores de las noticias.]
Tomado de: https://www.fairobserver.com/region/north_america/warren-buffett-business-news-headlines-today-34493/
