El control de la voluntad

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El artículo publicado por A. Welderson, en la publicación el Pensador Americano y titulado Sociedades Bonsái me ha parecido importante pues el presente nos hace olvidar las penalidades sufridas por generaciones anteriores y naciones cuyos líderes debieron mutilar las costumbres, tradiciones, valores y principios de sus orígenes para que el mundo y pueblos se sometan a sus dictados.

El método usado para crear un Bonsái aplicado a cualquier plante permite que este conserve la mayoría de sus cualidades, menos su tamaño.

¿Cómo esta realidad puede aplicarse a naciones o sociedades?

Pues las naciones seguirán estando ubicadas en el mimo territorio, su raza continuará sin cambio, pero su desarrollo en todos los sentidos que los puedas imaginar estará limitado; como en el Bonsái su crecimiento.

La revolución rusa moldeo a rusos y países en su esfera de influencia usando el escuadrón de fusilamiento y el aislamiento en las islas Gulag, hasta que el espíritu de sus nacionales fue sometido y la Unión Soviética se estableció.

Se dice que los Nazis perfeccionaron las cámaras de gas influenciados por su amor a la eficiencia. Sus soldados no objetaban las órdenes recibidas, las cumplían. Alemania en la era contemporánea continúa mostrando ese amor siendo la más productiva de Europa, pero regida democráticamente. 

Mao fue el pionero en el uso de turbas destructoras de estudiantes para remover a los adversarios políticos y opositores.

Pol Pot’s el líder revolucionario de Cambodia uso métodos más sencillo como el de sofocar con una bolsa plástica a quiénes consideraba amenaza a su régimen o usaban anteojos y podía ser capaz de leer literatura no controlada por el partido comunista.

En El Salvador se utiliza una mezcla de métodos pues se crea el odio de clases, se exacerban las diferencias sociales, se utilizan las turbas para desestabilizar gobiernos y el resultado es un pueblo que enfrentado deja más de setenta mil muertos, destruida su infraestructura, su familia dividida habiéndose tornado más pobre que lo que fue en 1950.

Lo ocurrido tras trece años de terrorismo sin vencedores y una paz forzada nos conduce a treinta años de bipartidismo corruto, que engendra unos cuantos millonarios y división, pobreza e inconformidad entre los ciudadanos.

 El pueblo ha aprendido la lección, pero ARENA le ha vedado el derecho al referéndum y debe entonces esperar las elecciones para expresar su voluntad.

La primera oportunidad se da en el 2018 con la elección de alcaldes y diputados.  El resultado para los dos partidos es negativo pues ambos obtienen el número más bajo de votos de su historia.

Claro la democracia no es perfecta y las cúpulas partidarias conservaron el poder.

En febrero 9 de 2019 se elige nuevo presidente, este es el momento que los ciudadanos han venido esperando durante años, pues no van a ser engañados de nuevo y su voto será el que decida quien lo gobierne.

ARENA y el FMLN habiendo sufrido aparatosa reducción de votos en la elección anterior deben gastar más en esta campaña.

El lector debe entender la enorme diferencia existente entre el que agita banderas y se cree de derecha o izquierda, los asalariados que pintan y pegan, los diputados y alcaldes que sirven a quiénes les permiten ser candidatos a esos puestos, el pueblo que vive las privaciones y que ya no vota por ellos y el grupo que paga las planillas y se cree con derecho a someter a los ciudadanos y quienes dicho sea de paso, no están dispuestos a perder el poder.

El 53 % de los votos fue suficiente para que el fraude no se diera. El pueblo por fin elegía su presidente.

En la actualidad el Reino Unido, los EE. UU. El Salvador y sus gobiernos electos democráticamente, son objeto de ataques de aquellos que siendo poderosos y millonarios ya no dirigen y les desagrada que los que menos económicamente poseen, pero con principios y valores superiores sean los que hayan elegido quién los gobierne.

En su lucha por recuperar el poder utilizan las masas para amedrentar, la desinformación para confundir e incluso dan la cara viejos líderes enriquecidos con el sistema que desean reinstaurar.

La democracia no es perfecta, pero el poder soberano reside en el pueblo.

(*) Ernesto Panamá es Escritor  

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Ernesto Panamá
Ernesto Panamá
Columnista de ContraPunto, Escritor salvadoreño; Máster en Edición, con 13 obras publicadas
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