lunes, 6 mayo 2024
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El Campesinado Colombiano tiene con qué para Formarse

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Castillo dice que el campesinado colombiano crea su propio sistema educativo basado en "agricultura, agroecología y lucha social", pese a la prioridad por el neoliberalismo en sistema educativo.

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Acabamos de salir de la quinta sesión de la Escuela Nacional Política del Coordinador Nacional Agrario (organización campesina colombiana). Los y las escuelantes provenientes de diferentes municipios del país se reencontraron después año y medio de separación debido a la pandemia, pero sorteando diferentes tipos de obstáculos, se logró retomar este espacio de formación integral. De esta quinta sesión quiero compartir una enseñanza y el significado que tiene para estos campesinos/as su espacio de formación integral, y porque no también, política.

La enseñanza es la distinción entre Sabiduría y Conocimiento, la primera trata del conjunto de saberes colectivos históricos del campesinado puestos en práctica y enseñados oralmente, el conocimiento son las categorías académicas/científicas que ayudan a comprender mejor la praxis campesina. Ahora, lo que significa esta escuela política nacional va desde: el Diálogo de saberes y legitimación de la propuesta de nación; aunque hubo más significaciones, quiero resaltar estos dos que fueron mayoría y porque se acercan a la esencia del tipo de campesinado que hace posible esta escuela.

Acerca del Diálogo de saberes me gusta la definición creada por María Elena Martínez y Peter Rosset[1]: “La construcción colectiva de significancia emergente, basada en el diálogo establecido entre pueblos cuyas experiencias, cosmovisiones y maneras de saber son específicas e históricamente diferentes, particularmente cuando confrontan a los nuevos desafíos colectivos de un mundo cambiante. Dicho diálogo se apoya en el intercambio de las diferencias y en la reflexión colectiva. A menudo, ello propicia la re-contextualización y la re-significación, lo cual da lugar a saberes y significados emergentes, que se relacionan con las historias, tradiciones, territorialidades, experiencias, procesos y acciones de los distintos pueblos. Las nuevas y colectivas comprensiones, significancias y saberes, pueden llegar a constituir la base para acciones de resistencia colectivas y para la construcción de procesos nuevos”

Para el caso de los/as participantes de la escuela, hacen parte del mismo pueblo (el campesino), pero si la diferencia radica en los contextos territoriales de donde provienen, pues la escuela reúne campesinos/as de los departamentos de Nariño, Cauca, Huila, Valle del Cauca, Catatumbo, Boyacá, Santander, Antioquia (y sus sub-regiones), norte del Tolima e incluso de la costa caribe también hay participación, cada uno y una con experiencias, cosmovisiones, saberes y conceptos específicos que se intercambian al estar en un mismo espacio durante siete días de estudio y trabajo.

Ahora, el diálogo es transversal porque inicia en el primer día de llegada a la asociación anfitriona, con un año y medio de acontecimientos acumulados y cambios personales, es imposible no contarse que ocurrió en todo ese tiempo de desencuentro; seguido de las charlas en las horas de alimentación (desayuno, almuerzo y cena) y en la noche después que termina la jornada de formación (a partir de las ocho de la noche). Dentro de los horarios de clase y con la metodología que promueve el trabajo por equipos, más se estrecha ese diálogo de experiencias y saberes, pues se ponen en función de solucionar los problemas, dudas y conflictos puestos por los/as talleristas.

Vale mencionar los temas desarrollados desde la primera sesión: Conflictos territoriales, historia de la lucha campesina colombiana, feminismos, Derechos Humanos, herramientas comunicativas, Economía propia, Agroecología y la exposición del trabajo organizativo de la asociación anfitriona la cual se conoce caminando sus espacios comunes. Esta huerta curricular intenta responder a las necesidades políticas, ideológicas y organizativas de las asociaciones a las que hacen parte los/as escolantes, que sin desconocer sus realidades específicas, constituyen la propuesta política nacional del CNA, buscando así la sintonía de los planes de trabajo que desarrollan estos líderes y lideresas campesinas, sus roles en dichos planes con el carácter nacional de la lucha del CNA.  

Retomando el concepto construido por Martínez y Rosset con respecto a las resistencias colectivas, se fortalecen sus bases, con respecto a la construcción de procesos nuevos, lo que se logra es fortalecer los procesos organizativos ya existentes a través de sus delegados/as a la escuela. Así afloran el carácter colectivo, reflexivo, autocrítico, constructivo, formativo que tiene la escuela gracias al Diálogo de saberes asumido por La Vía Campesina como uno de los métodos principales del fortalecimiento de la lucha mundial campesina y de la construcción-preservación de los saberes campesinos que afianzan la identidad campesina en cualquier país donde haya campo y campesinado.

Aunque el Estado vigente desprecia los saberes campesinos y prioriza el conocimiento que legitime y fortalezca el modelo económico neoliberal, afuera de ese aparato las comunidades rurales juntan fuerzas para construir sus propios espacios de formación que se sustenten en los saberes tradicionales en agricultura, agroecología y lucha social para hacerlos parte de la vida colectiva que cada escolante lleva en su territorio. Los salones de clase son el establo, la huerta, la cocina, la vereda y los contenidos son la misma experiencia individual nacida del trabajo comunitario, bajo el proyecto de país con Vida Digna y Soberanía Popular que impulsa el CNA desde 1997. Esta no es el único proceso formativo campesino en Colombia, por el contrario, es uno entre miles que en Nuestra América y el mundo se realizan, llegará el día que se intercambien sus acumulados y creaciones dentro de las sociedades pensadas y materializadas.

Wilmar Harley Castillo Amorocho


[1] Artículo: Diálogo de saberes en La Vía Campesina: Soberanía alimentaria y Agroecología. Espacio Regional, Vol. 1, n. 13, Osorno, enero-junio 2016, pp. 23-36.

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Wilmar Harley Castillo
Wilmar Harley Castillo
Comunicador social, especialista en Política Pública para la Igualdad. Columnista y comunicador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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