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El caballo de Troya del derecho a la libertad de expresión

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"La lucha de clases no es una frase vacía, tampoco es un ladrillo imposible de masticar": Wilmar Harley Castillo.

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Por Wilmar Harley Castillo Amorocho.

Como comunicador social titulado y comunicador popular en la praxis, me sorprende la cantidad de conductas falsas y oportunistas de los medios de información privados de cobertura nacional en Colombia, de ideología burguesa clara o disimulada, aumentadas en estos meses del gobierno del Pacto Histórico (PH). Los ejemplos más notorios son la revista semana, la emisora fm blue radio, caracol radio y RCN (Radio Cadena Nacional) cuyas matrices de opinión están encaminadas a atacar a Gustavo Petro, Francia Márquez, al gobierno en general, a la bancada de gobierno, las reformas que pretenden hacer y a crear un ambiente de oposición.

La lucha de clases no es una frase vacía, tampoco es un ladrillo imposible de masticar, basta con analizar los hechos cotidianos, sus actores e intereses para sentir y entender esta frase como un pan caliente recién salido del horno. Los medios de información privados mencionados al inicio son actores de la clase rica, sus propietarios son industriales, banqueros y ganaderos que saben del poder de la comunicación, por ende, sus ideas se expresan en el lenguaje, forma de abordar los acontecimientos y en la selección de los acontecimientos publicados para imponer sus ideas y forma de ver la vida en los públicos.

Otro trasfondo de esta cotidianidad sustentada en la lucha de clases, es que hay unas “reglas de juego democráticas”. Esa falsa democracia (hecha por los ricos para los ricos) está alegando sus supuestos derechos para actuar como necesitan para no defender su forma de vida cuando sienten que está amenazada por un gobierno nacional. Por eso la historia es importante para desbaratar la falsa mascara demócrata de los ricos y para revelar sus intereses.

Se protegen en el “derecho a la libertad de expresión”, derecho humano promulgado por diferentes medios y actores sociales en la historia moderna como uno de las mejores creaciones de la “humanidad” para convivir en paz, armonía y libertad. Nada más falso y pretensioso viniendo de parte de un sector que vive para acumular plata, tierras y privilegios. La revolución francesa creó los derechos humanos, los protagonistas de este acontecimiento histórico fue la burguesía, quienes percibieron que la monarquía y esa sociedad monárquica eran los obstáculos para emerger como el único protagonista de la historia humana.

No podré resumir el prontuario de los ricos franceses y del mundo en este artículo, pero partiendo de su participación en la creación de los derechos humanos, se pueden entender de manera más profunda las actuaciones e intereses de sus representantes y miembros hoy en día. Es así como una clase social local, inventa un paquete de derechos que imponen como universales para legitimar su rebelión contra los reyes. A partir de esa rebelión se crea otro modelo de sociedad (la moderna), que en la práctica termina siendo igual o más represiva que la sociedad monárquica. Esos mismos derechos humanos siguen usándose para encubrir la conducta y actitud individualista y competitiva de la burguesía, con la diferencia que los empobrecidos no contamos con la plata ni con las condiciones materiales para gozar de esos derechos humanos.

Volvamos a los medios de información privados. Si soy el dueño de una empresa de gaseosas de alcance nacional, también soy el dueño de un equipo de futbol que puede comprar y mantener jugadores extranjeros, también poseo un canal de deportes por el que deben pagar para ver los partidos de futbol, tengo una revista especializada en economía y además de todo esto un canal de televisión nacional con su red de emisoras en fm en todo el país (1) ¿por qué no echaré mano de cualquier herramienta política y jurídica que me permita mantener mis empresas, mis negocios y mi estilo de vida? Con toda este poder político-económico, es natural que alguien promulgue que la libertad de expresión es un derecho fundamental y por lo tanto ningún actor de la sociedad puede criticar su manera de informar.

¿Las matrices de opinión anti-subversivas son libertad de expresión? ¿Las campañas de estigmatización contra los liderazgos sociales, primeras líneas, las protestas son libertad de expresión? ¿Hay libertad de expresión cuando las leyes de un país se inclinan a favor de los medios privados nacionales y en contra de los medios comunitarios y populares? ¿es libertad de expresión cuando los medios privados de información preparan el terreno mediático para golpes de Estado militares o blandos?

La solución a estas preguntas no está en reformas políticas que busquen equilibrar las condiciones materiales y económicas de medios de información comunitarios frente a los medios privados de información privados (acceso al espacio electromagnético, apoyo financiero para el sostenimiento del medio comunitario, financiación para el acceso a tecnología e infraestructura, etc.). Las reformas a favor de la comunicación comunitaria son una parte de la solución a este problema estructural y considero que esas reformas deben ser el resultado de movimientos y tejidos comunicativos enraizados en los territorios que presionan la creación de leyes, de lo contrario, estaríamos frente a la tradicional manera de actuar de los gobiernos que centralizan las soluciones de los pueblos, mientras el poder político-económico de los medios privados de información ni se toca.  

NOTAS:

1- https://forbes.co/2021/08/13/empresas/los-herederos-de-carlos-ardila-lullehttps://www.elcolombiano.com/negocios/empresas/el-gran-conglomerado-que-dejo-ardila-lulle-BO15399091

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Wilmar Harley Castillo
Wilmar Harley Castillo
Comunicador social, especialista en Política Pública para la Igualdad. Columnista y comunicador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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