Fregar los platos, planchar decenas de camisas o hacer la cena. Colocar las luces de Navidad y los adornos o gestos tan simples como atender una llamada telefónica son muchos de los ejemplos que restan tiempo para que los padres -y los que no lo son- pasen tiempo con los suyos. Pero no se trata de minutos o de horas, sino de un tiempo de calidad que permita disfrutar de lo que de verdad importa: aquellas personas que están a nuestro alrededor.
Y ese es el mensaje que la cadena de supermecados alemana Edeka -los mismos que el pasado año nos hicieron llorar con el abuelo que fingía su muerte para ver a sus familiares- quiere lanzar estas navidades. Con un ritmo de vida frenético en el que muchos apenas tienen tiempo y el poco que tienen es para hacer tareas del hogar y descansar, hay quienes se convierten sin pretenderlo en ‘pequeñas víctimas’ de un sistema lleno de prisas. Se trata de los niños, esos que requieren no solo cambios de pañales en su edad más temprana sino otro tipo de atención en los años venideros como ayuda en los deberes o tardes de juegos en casa, en un parque o en un campo de fútbol.
Con la Navidad, las obligaciones del día a día se multiplican en muchos casos y así lo muestra Edeka en su anuncio con frases como "tengo tantas cosas por hacer" o "aún tengo que ir allí y también comprar y guardarlo todo". Además, muestra cómo una niña espera en la calle a que vengan a buscarla porque su madre está comprando los regalos de Navidad y llega tarde, unos niños hacen un muñeco de nieve solos en el jardín de su casa mientras su padre despeja la entrada con una pala sin hacerles caso e, incluso, otra que se corta el pelo ella misma porque su madre no tiene tiempo por tener que hacer galletas navideñas.
Estos son algunos ejemplos del anuncio, que pone el énfasis en cómo el día a día de padres sin apenas tiempo dejan al descubierto la tristeza de sus hijos que les reclaman juegos o contarles un cuento sin obtener casi respuesta. Sin embargo, es al final del anuncio cuando, entre toda la lista de cosas, los padres se dan cuenta de que "solo tengo que hacer una cosa": estar con sus hijos.
El ‘tétrico’ anuncio de 2015
El pasado año, Lotería Nacional inauguraba la época de villancicos con la historia de Justino, un empleado del turno de noche de una fábrica de maniquíes que apelaba a la bondad humana y al deseo de compartir estas fechas con los más cercanos. Sin emnargo, la cadena de supermercados alemanes Edeka fue un paso más allá y apeló a la soledad y la vejez, llegando incluso a mover conciencias.
El vídeo cuenta la historia de un anciano que ante la posibilidad de pasar solo estas fechas, ya que todos sus hijos y nietos están demasiado ocupados para visitarlo, decide fingir su propia muerte, algo bastante retorcido. De esta forma, los hijos reciben una esquela anunciando la defunción de su padre y se reúnen entre lágrimas en la casa familiar, dándolo por muerto. Y ahí llega el golpe de efecto del anciano, que aparece en el salón sorpresivamente y ante la estupefacción de su familia, replica: “¿Esto es lo que tengo que hacer para veros?”.
Tomado de: El Confidencial.