“La fiebre del fútbol llegará a cada rincón del planeta y todos en Facebook estamos muy entusiasmados”, es parte de la frase que nos recibí esta red social un día antes de la inauguración de este torneo deportivo globalizado.
Lo más probable que muchas personas nunca se hayan preguntado qué relación existe entre el fútbol y el consumo de agua en su ciudad. Quién sabe muy bien la respuesta son las compañías envasadoras de agua, de bebidas gaseosas y cervezas que se encargan de llevarte el agua a casa y distribuir las bebidas en los bares.
El hecho es que el fútbol tiene la habilidad de hipnotizar a millones de personas pegadas a la pantalla plasma, LCD o computadora. Ciudades enteras se paralizan cuando hay un partido importante: se juntan familias y amigos para verlo en casa o en el bar, la gente se pinta la cara con los colores de su equipo… y descubrimos que, en medio de toda esa afición o fanatismo futbolero, las ganancias de las compañías se disparan exorbitantemente.
Mientras la gente estaba en los bares o en sus casas. Y mientras el balón rueda, todo el mundo está pendiente de él. Sin embargo, los descansos son otra cosa. Se corta la emisión y ponen anuncios. Durante el intermedio es el momento que la mayoría aprovecha para hacer sus necesidades. Con millones de personas tirando de la cadena a la vez, la demanda de agua se dispara también.
Después de todo, a nadie le faltó agua en el chorro durante el partido. Ahora, si meditamos que pasaría si la ley privatizadora del agua de la empresa privada que pretende aprobar a través de la derecha política partidaria salvadoreña, la historia fuera diferente, porque en cada descarga que hagan de la cadena del baño de un bar o restaurante, esta descarga se la cargarán a la cuenta de su consumo, por supuesto el establecimiento debe pagar el aumento de las tarifas de agua, si aprueban esta ley.
Todo esto tiene una incidencia directa sobre el consumo de agua. Imagínese que los costos de producción de todas estas bebidas, como en cualquier cadena de consumo, el que pagará la cuenta al final son los usuarios.
Para muchos el futbol lo consideran el opio, pan y circo para el pueblo, que los distrae de lo importante que pasa en cada uno de sus países, parece que estamos locos con el fútbol, pero lo cierto es que existe una excepción, para la gente de las comunidades, activistas y ambientalistas que está clara como el agua la batalla que se está librando.
“Esta es una lucha de vida o muerte. No podemos permitir que los pobres mueran de sed”, dijo el Cardenal Rosa Chávez sobre los intentos de privatización del agua por parte de la empresa privada con la complicidad de los partidos políticos ARENA, GANA, PCN y PDC.
Por su parte, las comunitarias y organizaciones ambientalistas y sociales se han declarado en estado de alerta y están gestando una resistencia social tal vez jamás vista en la historia salvadoreña.
En realidad, no solo el fútbol ejerce este tipo de influencia, el nefasto historial de abusos de poder de la mayoría de legisladores de la derecha y ahora con esta intención de privatizar el agua, parece ser la gota que rebalso la tolerancia de la gente común, porque se ha levantado un nuevo movimiento ciudadano que está decidido a sumarse a la defensa del vital líquido como un derecho humano.