Muchos pensamos que en agosto fueron los peores días de la pandemia, pero las estadísticas y los modelos matemáticos de la mayoría de países de la región indican que diciembre 2020 y enero 2021 podrían superar con creces los datos de contagiados.
Ya con la mayoría de medidas restrictivas levantadas, con más confianza y con menos rigor en la bioseguridad, el dinamismo de contagio se puede acelerar significativamente debido al periodo vacacional de diciembre.
Mucha gente está confiada que esto está pasando y que ya vienen las vacunas, y esto es un grave error; el contagio comunitario sigue activo y se acelerará, definitivamente, por el dinamismo comercial y por casos importados; y para que lleguen las vacunas como un elemento de control inmunitario faltan varios meses.
Sabemos que se está solicitando pruebas PCR para ingresar al país con 72 horas de anticipación; pero en esas 72 horas, entre el resultado de la prueba y el arribo al país pueden suceder muchas cosas; la gente puede ir de compras o se puede contagiar fácilmente en el aeropuerto o en los medios de transporte.
A más de 270 días de vivir con la pandemia descubrimos que el dinamismo de contagio y la velocidad de propagación no son fenómenos que se puedan estudiar de modo lineal; es difícil predecir el valor de variables a partir de ciertos factores del comportamiento humano.
La experiencia de Japón en el control de la enfermedad nos enseña que lo más crítico son las aglomeraciones de personas en reuniones, fiestas, locales comerciales, etcétera. Si podemos evitar esto ganamos una batalla, pero no la guerra.
Las tendencias estadísticas, más o menos antagonistas, enseñan que en casi todos los países el contagio está creciendo. En El Salvador, pese a la irregularidad de registros en el sitio oficial vamos en ascenso desde el 19 de noviembre. En efecto, estamos ante un rebrote con una tendencia sostenida y progresiva; y pronto veremos este correlato en la consulta y en los hospitales.
Desde el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) y con el apoyo del Colegio Médico de El Salvador, enviamos más de trescientos Manuales Municipales a COMURES, a modo de asistencia técnica y con recomendaciones concretas para evitar el dinamismo de contagio para los meses de noviembre y diciembre. Ojalá lleguen estos manuales y cumplan su propósito.
Por otro lado, las condiciones climáticas podrán favorecer el incremento de gripe o influenza, Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), Neumonía y obviamente Coronavirus. Debemos proteger a los adultos mayores y evitar llegar a los hospitales. Pero también debemos actuar de modo oportuno; sabemos que con una atención a inicio de la enfermedad se evita pasar a fases más complejas.
Si la gente no se disciplina a sí misma, si no se controla, nos puede sobrevenir otra etapa fatal de restricciones y cierres, lo cual sería fatal para la economía del país. Necesitamos de modo urgente consolidar las prácticas de bioseguridad, uso de mascarilla (que lo hemos hecho bastante bien), guardar el distanciamiento físico (que lo hemos hecho regular) y evitar las aglomeraciones (que lo hemos hecho muy mal).
Si sale de compras, si va a centros comerciales no olvide utilizar radicalmente la mascarilla y desinfectarse. Evite aglomeraciones y reuniones con más de diez personas; y asegúrese en reuniones familiares que sus allegados también cumplan estos protocolos básicos. Evite viajar y/o movilizarse, si puede manejar sus necesidades por medios digitales mucho mejor.
En reuniones familiares eviten invitar a personas de las cuales no conozcan sus rutinas o prácticas de bioseguridad; y no duden preguntar: ¿estás utilizando mascarilla?, ¿no has estado en eventos masivos?, ¿te estas cuidando?, etc. Un solo infectado asintomático puede contagiar a toda una familia. Si llega un invitado desconocido, de modo irremediable a una reunión, que use la mascarilla.
Está en nuestras manos iniciar el 2021 en vuelta a la normalidad o regresar a las cuarentenas forzadas. Es nuestra responsabilidad y no del gobierno. La mejor respuesta a la pandemia es el comportamiento social.
(*) Oscar Picardo Joao [email protected]