La falta de dirección y liderazgo son un común denominador en la interna del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), lo que esta provocando que el barco tricolor se hunda cada vez más y por consiguiente muchos de sus miembros jóvenes y antiguos están optando por abandonarlo.
En retrospectiva, el resquebrajamiento de este instituto fundado en 1981 por el militar de extrema derecha salvadoreño, Roberto d’Aubuisson Arrieta, inició en 2012 cuando recibieron una estocada electoral al ver perder a su candidato presidencial, Rodrigo Ávila, contra el del izquierdista FMLN, Mauricio Funes.
Este hecho fue un verdadero sismo en el tricolor, ya que luego de ello, Funes, se dio a la tarea de abrir las compuertas de un estanque de escándalos de corrupción, que fueron registrados durante los 20 años que la ultra derecha tuvo el poder del Ejecutivo.
Jorge Velado, Mauricio Interiano, Rolando Alvarenga, Gustavo López Davidson y Mauricio Salguero; fueron la apuesta para sacar a flote al partido a través de la presidencia del COENA.
Sin embargo, los esfuerzos que intentaron hacer fueron en vano ya que ninguno de ellos logró reparar la grieta que se había abierto y que con el tiempo se volvió un abismo que ha terminado dividiendo a todo ARENA.
En el caso de López Davison fue orillado a dejar su puesto en la presidencia del COENA, para poder resolver la pugna legal de conflicto de intereses con su empresa CENTRUM en perjuicio del Ministerio de Defensa.
Esta situación provocó todo tipo de reacciones en ARENA en 2020, pero una de la más sonadas fue la de Luis Cardenal, quien en el 2000 fue candidato a alcalde de San Salvador y que finalmente fue derrotado por el ahora ya fallecido centro-izquierdista, Héctor Silva.
“Con respecto a la renuncia del presidente de COENA, ARENA está pasando por una crisis desde hace ratos y parece que no han encontrado la forma de superarla”, señaló el empresario en febrero de 2020.
Los pocos fieles, entre ellos, las bases del partido aun confían en el mensaje de cambio y renovación que se escucha a lo lejos y que en la cotidianidad no se logra percibir.
En relación a esto ultimo, en las semanas pasadas se han podido evidenciar la salida de varios políticos uno de los primeros fue el exdiputado, José Andrés Hernández, reveló que en el partido existen divisiones internas.
“En ARENA hay descontento, algunas personas del COENA han tratado de hacer las cosas bien, pero a algunos dirigentes de las bases ya no los quieren”, dijo
Además, reconoció que en los partidos tradicionales debe existir una verdadera renovación ya que, sino sucede, las personas buscarán otras alternativas.
A la salida se sumó, el exalcalde de Soyapango, Juan Pablo Álvarez, quien de igual manera manifestó su descontento con ARENA.
Luego se registró la renuncia del diputado Carlos Reyes, de dos diputadas suplentes y del exalcalde de San Martín.
Ante esta hecatombe, la presidencia de ARENA ha optado por el silencio y no ha aclarado sobre los problemas que están viviendo a diario ni las soluciones a mediano o corto plazo.
Hasta la fecha, los areneros se han quedado solo con 12 diputados y con poco entusiasmo de sus correligionarios, que en una escasa parte son personas de clase media alta, esto de cara para las próximas elecciones.
Similar situación se vive en el FMLN, que se encuentra salpicado en casos de corrupción en los 10 años que estuvo al frente del país.
Llegaron al poder con la bandera del bien común y la defensa de la clase desprotegida, pero la actual gestión ha tenido la misión de sacar los “trapos al sol” y dejar en evidencia como se habrían lucrado a costa del pueblo salvadoreño.