Según datos proporcionados por la Comisión Económica para América Latina a diciembre de 2017, La Economía salvadoreña experimentó un crecimiento económico, medido por la variación anual del Producto Interno Bruto, de una tasa del 2.4% en el año 2017 respecto al año anterior.
EL DESEMPEí‘O ECONOMICO EN CENTROAMERICA
Para que lo veamos en perspectiva, el desempeño económico de la Economía Salvadoreña está por debajo del resto de economías de Centroamérica para el mismo período: Costa Rica creció a un 3.9% gracias al sector exportador diversificado que tiene y al dinamismo de las exportaciones de equipos y dispositivos médicos y de servicios. El resto de países de Centroamérica han crecido a tasas similares gracias al dinamismo del consumo privado impulsado por las remesas familiares y las exportaciones tradicionales de bienes agrícolas: café, azúcar y otros. Excepto Nicaragua que ha crecido a un 5% anual.
EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMIA SALVADOREí‘A Y LA CAIDA DE LA INVERSION
El Talón de Aquiles de la Economía Salvadoreña radica en que ha perdido su potente sector exportador de café, por una parte; y por otra, el decaimiento de su inversión.
El crecimiento de la Economía Salvadoreña ha estado impulsado por el aumento de la demanda agregada: por una parte, el consumo privado estimulado por la dinámica ascendente de las remesas familiares y por otra, el aumento de las exportaciones tradicionales principalmente de azúcar y por exportaciones de la industria textil y de prendas de vestir. Pero en cuanto a la inversión ha caído de 2155millones de dólares en 2016 a 1735 millones de dólares en 2017, es decir una disminución de un 20% en el período considerado (en lo que se refiere a anuncios de inversión), también ha disminuido la inversión pública en un 12% respecto al año anterior afectando principalmente a la industria de la construcción. Así mismo el crédito a las empresas por parte del sector financiero se ha visto disminuido en todos los sectores de la economía. Esto sin duda se debe a la incertidumbre que enfrentan las empresas ante la actividad delincuencial, la inseguridad jurídica y el aumento de los costos del financiamiento.
CRECIMIENTO ECONOMICO Y BIENESTAR DE LA POBLACION
Si quisiéramos medir el impacto, promedio, del crecimiento económico en el bienestar de la población, podríamos hacerlo a través de la variable producto interno bruto por habitante. Para tener una idea de ese impacto en el caso de El Salvador y revisando los datos del BCR del Pib por habitante en el período 2008-2016 tendríamos que para 2008 fue de $1510.19 y para 2016 de $1567.98, podemos ver que el Pib por habitante apenas acumuló un 3,8% como incremento de su valor, en un período de ocho años, esto debido a las bajas tasas de crecimiento experimentadas por la economía salvadoreña en el período posterior a la crisis financiera internacional de 2008-2009
De ahí la importancia del crecimiento económico que permite mejorar el bienestar económico de la población a través del ingreso generado a los factores productivos y también permite al Estado mejorar la recaudación de impuestos y devolverlos a la ciudadanía en concepto de servicios de educación, salud e infraestructura.
PERSPECTIVAS PARA 2018
La Cepal prevé que la Economía Salvadoreña mantenga la misma tasa de crecimiento para 2018.
Según la Cepal las condiciones alcistas de los precios de las materias primas y de los combustibles en el contexto internacional, podrían desencadenar presiones inflacionarias en la economía salvadoreña debido a que éstos son componentes básicos de nuestras importaciones de hidrocarburos y otros bienes intermedios.
Las medidas migratorias tomadas por el Presidente, Trump relativas a la derogación del estatus de protección temporal para los migrantes, podrían incidir en el volumen y en un decrecimiento de las remesas familiares afectando así el crecimiento económico y el bienestar de los trabajadores y sus familias.
Las perspectivas no son halagí¼eñas. Solo un acuerdo nacional que comprometa a todas las fuerzas del espectro político a respetar la institucionalidad democrática del país, y a destinar recursos para un plan de desarrollo de la educación y la salud de la población salvadoreña, particularmente de su juventud, abrirá la ruta hacia un crecimiento sostenible en el mediano plazo.