El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México es acusado de practicar experimentos en humanos que sufren hidrocefalia. Aunque el hospital niega la acusación y asegura que las denuncias son falsas, existen alrededor de 500 personas a quienes se les colocó un implante en fase experimental en el cerebro. Los pacientes aseguran que no hubo consentimiento para realizar dicha intervención.
El implante instalado en la cabeza de los pacientes es un “sistema de derivación ventrículo-peritoneal de flujo continuo”. El caso saltó a la luz pública después de que el doctor Rodolfo Ondarza se percatara de que los pacientes con hidrocefalia tenían el implante.
Ordanza asegura que por denunciar esta situación fue despedido y ha sido amenazado de muerte y ha sufrido una tentativa de homicidio.
El implante antes mencionado habría sido creado por el exdirector del centro de salud, Julio Sotelo, y Ordanza asegura que este patentó el dispositivo sin investigación previa en animales y lo colocó en humanos sin carta de consentimiento firmada por los pacientes intervenidos.
Algunos pacientes a quienes fue implantado el dispositivo presentan diferentes problemas como deterioro físico o mental, además de fuertes dolores de cabeza y cuadros de depresión. Además, se ven obligados a dormir en posición semisentada para que el implante funcione.