jueves, 7 noviembre 2024
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Democracia en el discurso de la nueva izquierda latinoamericana

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"Esa nueva izquierda, con un discurso propio, se caracteriza por qué: Reconoce y reivindica la importancia de la participación electoral y el voto; respeta la decisión plural del electorado": Rubén Aguilar, al referirse a Boric Font

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Por: Rubén Aguilar Valenzuela

El discurso que el día de su victoria, el pasado 19 de diciembre, pronunció Gabriel Boric Font (Punta Arenas, 11 de febrero de 1986), el nuevo presidente de Chile, se ha convertido ya en un referente que expresa la posición de la emergente nueva izquierda latinoamericana.

En ese texto Boric Font subraya su real compromiso con la democracia. En la historia, el discurso de la izquierda latinoamericana no se ha caracterizado por su aprecio y defensa de la democracia.

Están ahí las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que se dicen de izquierda, y también gobiernos populistas autoritarios que también se asumen de izquierda como Ecuador, Bolivia y México.

Frente a esta realidad está también la izquierda democrática que gobernó en Chile (Lagos, Bachelet), Uruguay (Vázquez, Mújica) y Brasil (Lula, Rousseff).

Boric Font, en su primera intervención, ya como candidato ganador y próximo presidente de Chile, asume el cargo el próximo 11 de marzo, se propuso dejar en claro que era un demócrata de izquierda.

El discurso

En el análisis del texto encuentro seis grandes afirmaciones donde manifiesta con claridad y de manera intencional su posición con relación a la democracia:

1) Al inicio de su texto, que fue leído, dice al referirse a los electores: “No importa si lo hicieron por mí o por mi contrincante: lo importante es que lo hicieron, que se hicieron presentes, que mostraron su compromiso con este país que es de todas y todos”. Reivindica el derecho del ciudadano a votar por quien estime conveniente. La democracia garantiza la libre elección, que siempre debe ser respetada.

2) En su intervención agradece la participación, con nombre y apellido, de todos los candidatos que compitieron por la presidencia. Les dijo: “La democracia la hacemos entre todos, y necesitamos de cada uno”. Reconoce a los que no ganaron como actores de la vida democrática de su país.

Y añadió: “El futuro de Chile nos necesita a todos del mismo lado, del lado de la gente y espero contar con su apoyo, sus ideas y propuestas para comenzar mi gobierno. Sé que más allá de las diferencias que tenemos, en particular con José Antonio Kast, sabremos construir puentes entre nosotros para que nuestros compatriotas puedan vivir mejor. Porque lo que sí nos une es el amor a Chile y su gente”. Dejó en claro que la democracia es inclusión y no descalificación o rechazo de la oposición.

3) Reconoce que está ahí como parte de una historia que no inicia con él, sino que continúa. La democracia es la que le ha permitido acceder al poder: “Y sé que la historia no parte con nosotros. Me siento heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes, desde diferentes posiciones, han buscado incansablemente la justicia social, la ampliación de la democracia, la defensa de los DDHH, la protección de las libertades”.

4) Como demócrata, como estadista, se compromete a ser: “Presidente de todos los chilenos y chilenas. De quienes hoy votaron por este proyecto, de quienes eligieron otra alternativa y también de quienes no concurrieron a votar”. Él como presidente respeta, no descalifica, a quienes no votaron por él. Para ellos también va a gobernar, no solo para los suyos.

5) Se pronuncia frente a quienes atentan contra la democracia y afirma: “Que desestabilizar las instituciones democráticas conduce directamente al reino del abuso, la ley de la selva, y el sufrimiento y desamparo de los más débiles. Vamos a cuidar la democracia, cada día, todos los días”. Las instituciones fuertes son fundamentales, para garantizar la vida democrática. No es el hombre fuerte sino el Estado fuerte.

6) La democracia es diálogo, acuerdo y un proceso histórico. En ese sentido sostiene: “Que los avances, para ser sólidos, requieren ser fruto de acuerdos amplios. Y que, para durar, deben ser siempre peldaño a peldaño, graduales, para no desbarrancar ni arriesgar lo que cada familia ha logrado con su esfuerzo”.

Lo nuevo

Lo novedoso y también esperanzador es que el nuevo presidente de Chile, que asumirá su cargo a los 36 años, con su discurso afirma que sin democracia no hay izquierda. Hay una relación directa entre una y otra. Solo se puede ser demócrata de izquierda.

Esa nueva izquierda, con un discurso propio, se caracteriza por qué: Reconoce y reivindica la importancia de la participación electoral y el voto; respeta la decisión plural del electorado; asume que la democracia es una construcción colectiva que requiere a todas y todos; reconoce y da su lugar a la oposición; se asume como heredera de la historia, que ha sido construida desde distintas posiciones.

Y también que el gobernante demócrata de izquierda gobierna para todos no importa si votaron por él o no; defiende y fortalece las instituciones democráticas; enfrenta a quienes se propone desestabilizarlas; importa un Estado fuerte, y no un hombre fuerte; asume que la democracia es construcción colectiva producto del diálogo y el acuerdo; plantea que la democracia es un proceso histórico que avanza gradualmente. Ahora habrá que ver si la propuesta contenida en el discurso se hace realidad.

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Rubén Aguilar Valenzuela
Rubén Aguilar Valenzuela
Columnista y analista de ContraPunto. Doctor en Ciencias Sociales, con una Licenciatura y Maestría en Sociología y Estudios de Desarrollo Institucional; exfuncionario del gobierno mexicano.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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