martes, 16 abril 2024

Debes someterte al imperio

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No había decidido sobre el tema que mi columna trataría, pero como suele suceder estos surgen de donde menos lo esperas.

Esta vez las declaraciones que Samantha Power administradora del programa USAID, es ordenada a dar son el tema escogido.

En México periodistas investigadores descubren y presentan pruebas que desde el 2018 a través de la embajada de EE. UU. el programa USAID financia a los opositores del gobierno legítimamente electo representados por el presidente Manuel López Obrador y el partido Morena con mayoría legislativa.

El presidente Obrador presentó las pruebas y demandó explicaciones por la injerencia norteamericana en los asuntos internos de México. La respuesta de USAID llegó rápido aceptando cortar los fondos a ONG y sociedad civil que han venido obstaculizando los planes de gobierno. Una de las organizaciones financiadas ha formado “VA por México” coalición de los partidos PRI, PAN, PRD, referentes de la corrupción mejicana quienes pretenden obtener mayoría en el parlamento mexicano en las elecciones de junio próximo.

La injerencia de EE. UU no es nueva en El Salvador, FUSADES, ANEP, ONG, “sociedad civil, medios de prensa, son financiados por el USAID que además ha apoyado gobiernos corruptos y recientemente boicotean a las autoridades electas en el 2019 y el 2021.

Los poderes legislativo y judicial en el 2019 actuaron conjuntamente evitando dar recursos y restringiendo las facultades del ejecutivo para combatir la delincuencia y

restringieron facultades legales al ministerio de salud para salvar vidas durante la pandemia. Estos poderes eran remanentes de 30 años de corrupción de ARENA y FMLN.

A pesar de esta oposición, el ejecutivo maniobró logrando salvar vidas, siendo efectivo en contra de la pandemia, vacunando gratis, reduciendo la criminalidad en un 70 % e invirtiendo en educación.

En el 2021 se eligen alcaldes y diputados, los beneficios recibidos por los ciudadanos se tornan en su segunda victoria electoral.

La coalición NI – GANA obtiene la “mayoría calificada” en la Asamblea Legislativa, lo que constitucionalmente le otorga la facultad para destituir y elegir a los miembros de la corte suprema, fiscal y otros funcionarios de elección de segundo grado, resultado que se da por primera vez en 200 años, además, se ganan 150 de 262 alcaldías.

El 1 de mayo día que se instala la Asamblea Legislativa, son sustituidos los miembros de la corte suprema de justicia y el fiscal de la república, sus sustitutos permanecerán en el cargo por el tiempo que a los electos les restaba para cumplir su mandato, fecha en que la elección de los nuevos funcionarios se llevará acabo.

Los derrotados dan inicio al lloriqueo internacional, activan sus “intelectuales”, y la prensa que controlan.

Se dan las primeras protestas, la ilegítima vicepresidente en EE. UU. se pronuncia sin tener idea del texto constitucional de El Salvador, se suman luego congresistas financiados por oscuros personajes como Georges oros.

Hoy a tan solo 22 días de la “sustitución” de corruptos funcionarios, NO elección. La administradora del USAID declara que “está reorientando la asistencia de estas

instituciones Policía Nacional Civil y el Instituto de Acceso a la Información Pública”. En pocas palabras EE. UU. afirma que deja financiar el combate a la corrupción, el crimen organizado, las drogas, las pandillas.

Está abrupta acción ha evitado que el gobierno salvadoreño reclamara como México, el financiamiento del USAID a la oposición, ahora ellos lo aceptan abiertamente y dicen: El Salvador es un país que debe someterse a la corrupción, porque yo lo mando.

Tristemente esto lo hacen utilizando los impuestos de trabajadores norteamericanos y salvadoreños.

Como subterfugio alegan “se utilizará para promover la transparencia, combatir la corrupción y monitorear los derechos humanos en conjunto con la sociedad civil salvadoreña y organizaciones de derechos humanos”, es decir, triplicarán el monto destinado para desestabilizar al gobierno electo por los salvadoreños.

¿La comunidad internacional, permanecerá en silencio, dará la razón a la expresión democrática de un pueblo o se someterá a la extorción del dólar?

La doctrina Monroe ya no la teme la República Popular de China, ni la Federación Rusa y menos los salvadoreños hoy liberados de quienes los explotaron por casi 200 años.

El gobierno salvadoreño debe saber que su pueblo está de su lado y que los traidores conocidos y por conocer demandamos sean llevados a la justicia.

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Ernesto Panamá
Ernesto Panamá
Columnista de ContraPunto, Escritor salvadoreño; Máster en Edición, con 13 obras publicadas
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