¡7,3 minutos! Esta es la duración media de una relación sexual. Una cifra (sic) establecida por un médico americano, el Dr. Irwin Goldstein, en 2005. Se entiende por relación sexual, el tiempo entre la penetración y la eyaculación. Más tarde, en 2008, otro médico, el Dr. Eric Corty, profesor en la Université de Penne State Erie, the Brehend College y Jenay Guardiani realizaron una nueva encuesta, esta vez sobre el tiempo ideal del acto sexual.
Las cifras son confusas. Entre 3 y 7 minutos, los dos miembros de la pareja se sienten satisfechos, y entre 7 y 13 minutos, más que satisfechos; pasados los 13 minutos, ¡se aburren! El Dr. Mimoun nos expone varias reflexiones sobre el tema.
La duración del acto sexual: un factor masculino
En realidad, es decir en la “vida real”, pocas parejas ponen entredicho la duración de sus retozos. “Es un tema que suele abordarse cuando hay un descontento”, expone el Dr. Sylvain Mimoun. El tema suele estar relacionado con la eyaculación precoz y, por ese motivo, ha suscitado tantos estudios (2007/2012). Se diagnosticó como “precoz” el hombre que tardaba menos de dos minutos en eyacular durante el coito. Hoy, el ese tiempo ha descendido a menos de un minuto. En el otro extremo encontraríamos los hombres que sufren de eyaculación “retardada”, con coitos de varias decenas de minutos, y no por placer, sino por una dificultad en alcanzar el orgasmo.
Para otros, tal y como demuestran dichos estudios, la cifra más habitual equivale a 7,3 minutos. Estos estudios anteponen la sexualidad del hombre, porque, al fin y al cabo, se trata del tiempo desde la erección a la eyaculación. Está claro que es él quien marca el compás; esta cifra depende esencialmente de su capacidad de excitación. “Todo depende de su capacidad de dejarse llevar por esa sensación de excitación o no”, concluye el Dr. Mimoun. Más que unos minutos en concreto, nuestro experto señala que lo importante es el nivel de satisfacción (o insatisfacción). Una valoración que las mujeres pueden constatar.
El tiempo sexual de los hombres y las mujeres
7,3 minutos. Reconozcamos que se trata de un tiempo increíblemente corto si lo comparamos con las horas que nos pasamos en el trabajo, o el tiempo que tardamos en hacer los recados, la limpieza, la cena”¦ Una cifra tan sorprendente que deja a todo el mundo boquiabierto”¦ ¿Todo esto por 7,3 minutos? Pero es que pasados los 13 minutos, ¡la gente se aburre! “En realidad no es el tiempo factual lo que cuenta, o la noción de corto o largo, sino el tiempo subjetivo”, matiza el Dr. Mimoun. Si la mujer alcanza el orgasmo, se sentirá satisfecha, aunque el coito haya durado tres u ocho minutos.
Lo que esconde la noción de los 7 minutos es, una vez más, una prueba de nuestras diferencias. El tiempo de los hombres y las mujeres difiere (eso ya lo sabíamos), pero desde un punto de vista sexual, esta diferencia puede ser incluso más flagrante. El hecho que la mujer necesite más tiempo para acceder al placer, y al orgasmo, no es ningún secreto. Esa cifra podría explicar una cierta insatisfacción por parte de las mujeres, ¡y da a los hombres una pista para ponerle remedio!
Aunar los tiempos, ¡es posible!
Para unir los dos tiempos existe un amplio abanico de posibilidades. Empezando por una mejor gestión de la excitación del hombre. Si se concentra sobre las sensaciones de las zonas erógenas, en lugar de las genitales, puede conseguirlo. Además, el hecho de dar y recibir placer al mismo tiempo permite que la excitación no nos desborde. Y por último, otro elemento importante: una relación sexual no se limita a la penetración.
La mayoría de mujeres integra los famosos preliminares. “Si esta fase cumple verdaderamente su función, que consiste en aumentar el deseo y preparar el cuerpo para el gozo, entonces los famosos 7 minutos que se dedican enteramente al “coito” pueden ser suficientes”, explica nuestro experto. Pero incluso así, la duración difiere, porque el hombre piensa en términos de cinco minutos como máximo mientras la mujer fantasea con los 20 minutos, entre penetraciones, caricias, y otros juegos eróticos”¦
Acto sexual: jugar o aburrirse
Otra cifra sorprendente corresponde al número 13. Minutos a partir de los cuales la pareja se aburre. Quizá es porque se practica el coito en su forma más “clásica”, y por lo tanto, si se alarga el tiempo, se vuelve aburrido y, al final, no suscita mucho interés. “¡La clave está en divertirse!”, afirma el Dr. Mimoun. Al final, el objetivo de la sexualidad no tiene nada que ver con el rendimiento, y tampoco hay que tomárselo como una carrera hacia el orgasmo.
Lo importante no es la duración, ni un gran conocimiento de las distintas posturas del Kamasutra (desde un punto de vista mecánico), sino el juego y el placer. Parece que todavía queda mucho camino por recorrer”¦ Pero nada nos impide comenzar a caminar. Venga, anímate a mezclar un polvo rápido en el baño de un restaurante de 5 estrellas y veladas más largas. Cúbrete el cuerpo de crema chantilly y prueba el ombligo, las orejas y las partes más íntimas de tu pareja debajo de las sábanas. ¡Y sin mirar el reloj!
