¿Los medios de difusión tradicionales en El Salvador han perdido la perspectiva de las realidades de su pueblo o son cómplices de corruptos empresarios y políticos globalistas que desean volver al sistema que decidimos dejar en febrero del 2019?
La respuesta pertenece a cada lector.
En el 2016 los gobiernos tradicionales de Gran Bretaña y EE. UU. son derrotados. Las naciones que sufrían abusos y privaciones van a las urnas y demandan cambio de gobierno y estructura.
En el año 2018 sucede en México y en el 2019 en El Salvador, las naciones hartas de mentiras, corrupción y abusos, en las urnas deciden el fin de estos sistemas, igual que los países anglosajones. ¿Casualidad?
Los derrotados usufructuaron el poder hasta el hartazgo y, de un día para otro pierden el poder. ¿Se imagina estimado lector que sacudida han sufrido estos explotadores?
Para los dueños de la riqueza aceptar que tú, su empleado, el mini empresario, el auto empleado, los desempleados hayan sido capaces de apartarlos del poder, nunca lo aceptarán. Por décadas te han mantenido engañado y les resulta pasmoso que personas con poca educación, sin título universitario, trabajadores con poco cerebro los aparten del poder. Ellos son superiores, financian el comercio, la industria, los servicios, el gobierno, poseen yates, casas y dinero fuera del control fiscal y nos tildan de populistas.
Por esta razón hacen uso de fracasados candidatos, asalariados diputados, miembros de la corte suprema, con los que pretenden engañarte de nuevo.
¿Lo lograrán? Es la pregunta.
La lucha por recuperar el poder se da igual en Londres, Washington D. C., México D. F. y San Salvador.
En Londres al pueblo le toma más de tres años para que su decisión de abandonar la Unión Europea finalmente vea la luz.
En Washington desde antes de la toma de posesión de presidente Trump la batalla por derrocarlo da inicio y hoy la violencia en estados y municipalidades gobernadas por demócratas sufren violencia callejera, el saqueo de comercios, el asesinato de policías y la liberación de quienes destruyen y asesinan es la norma. Los agitadores se trasladan de un estado a otro, son profesionales terroristas financiados que cuentan con el apoyo del radicalismo liberal que se ha apoderado del partido demócrata.
Lo beneficios que los norteamericanos han recibido de su gobierno van desde empleos, no guerras, seguridad y tratados de paz que honran al gobierno que el pueblo eligió.
En México los corruptos del PRI el PAN, por todos los medios tratan de desestabilizar el gobierno de Manuel López Obrador empeñado en desaparecer la corrupción e implementa reformas que alcanzan a las clases olvidadas, la única forma de que un país pueda salir adelante. Claro el pueblo ve resultados y continúan apoyando a quién eligieron.
En El Salvador fue derrotado el llamado bipartidismo. Partidos que polarizados engañaron a los ciudadanos mientras su elite acumuló más millones y enriqueció a serviles políticos.
Treinta años de corrupción crean la coyuntura ideal para un político con carisma y sincero en su hablar. Se llama Nayib Bukele quien es electo presidente, con el mandato de la ciudadanía de acabar con la corrupción y dar a los ciudadanos y sus familias las oportunidades para desarrollarse.
Los dueños de los partidos, los políticos y funcionarios públicos asalariados, candidatos y precandidatos a puestos públicos desde antes de que se inscribiera como candidato trabajaron para evitarlo.
Pero Dios y el pueblo lo eligieron presidente.
El gobierno salvadoreño no cumple dos años, pero al igual que en Londres, Washington y México D. F. continúa bajo agresión de personas acomodadas y señaladas por la fiscalía por actos fuera de la ley.
“Demócratas” de los EE. UU. los mismos inconformes por la mejora de la nación norteamericana recientemente se suman a desestabilizar nuestro gobierno. Esta cobarde acción refuerza mi teoría de que el poder global desea borregos miserables y no naciones que progresen tanto en Londres como en El Salvador.
Curioso es que la prensa tradicional local fue la que más destacó este ataque. ¿Pierde la perspectiva o es cómplice? No se puede ocultar que el presidente que lleva progreso a los EE. UU. apoya a nuestro presidente.
Los salvadoreños rechazamos la intervención de globalistas demócratas norteamericanos, quienes en su país aplauden la destrucción de sus ciudades y que nuevamente perderán la elección presidencial en noviembre.
(*) Ernesto Panamá es Escritor