Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales. En El Salvador existen al menos siete de estos lugares, importantes por su diversidad de ecosistemas acuático y terrestre, donde migran aves de otras partes del continente.
Sin embargo, el desgaste de los bosques de manglares es evidente. Por ello, alrededor de 15 comunidades de Ahuachapán luchan para evitar que se pierdan los mangles de la zona de Garita Palmera.
El presidente del Comité Microcuenca El Aguacate, Santos Baldizón, asegura que muchas especies que habitan en la zona están desapareciendo y que los bosques de manglares están en peligro debido a la salinidad en la zona y falta de agua dulce.
Baldizón adjudica dicha problemática a las grandes empresas cañeras que están escavando pozos en el lugar, desviando los afluentes de agua dulce de los mangles y afectándolos directamente. Esto ha perjudicado a los pobladores también, pues además de no tener acceso al agua dulce, están perdiendo el lugar donde realizan actividades pesca.
La representante de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), Karla Evangelista, manifestó que es necesario resguardar las 207,387 hectáreas de sitios Ramsar (humedales, esteros) ya que asegura que desde 1950 más del 60% de bosques salados se están perdiendo debido a las actividades agrícolas y monocultivos como la caña de azúcar y la desviación de agua por represas que afectan el equilibrio de la flora en los mangles.
Por su parte, el observador ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Israel Manzanares, explicó que se está trabajando en apoyar a líderes comunales para vigilar que no se abuse de zonas catalogadas como protegidas, que además son zonas de importancia mundial, según lo declara la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Los pobladores de Ahuachapán trabajan a diario para denunciar actos que afecten el ecosistema del lugar, ya que aseguran que es la fuente de vida de 15 comunidades de los alrededores de Garita Palmera.