El proceso de adquisición que inició América Móvil -operador de la marca Claro- de las operaciones de Telefónica -operador de la marca Movistar- en El Salvador fue declarada como inadmisible en la Superintendencia de Competencia (SC), ente supervisor del Gobierno.
Telefónica vendió sus operaciones o fililales en Centroamérica por un total estimado en US$2,298 millones. Para el caso de El Salvador, y también de Guatemala, fue América Móvil la empresa que se encargará de retomarlas. En Nicaragua, Costa Rica y Panamá, el trato se hizo con Millicom, que opera en el país la marca Tigo.
Sin ofrecer detalles de sus motivos, la SC destacó que “ha declarado inadmisible la solicitud de concentración económica presentada por América Móvil” el 5 de marzo de este año. El fundamento para tomar la decisión, de acuerdo al comunicado de la institución, son los artículos 33 y 35 de la Ley de Competencia; 25 y 26 de su correspondiente Reglamento y 71 y 72 de la Ley de Procedimientos Administrativos.
En términos sencillos, el análisis de esto procesos busca prevenir que la empresa resultante de la concentración, o adquisición, sea tan grande que afecte la participación de otras empresas en ese mismo mercado. Eso se mide por la cantidad de activos que se maneja en el marco de la adquisición, el desempeño de todos los agentes en el mercado, entre otras cosas. Si se considera que adquiriría mucha ventaja de una sola vez, en detrimento de los consumidores, entonces no se admite la operación.
No obstante, América Móvil aún puede enviar otra solicitud. El supervisor comunicó la no admisibilidad a la empresa el 29 de abril de este año. Pronto, el 15 de mayo, América Móvil confirmó que iniciará un nuevo proceso para cerrar la adquisición. Dicho proceso pasará de nuevo por el análisis de la SC.