Al menos cinco personas han resultado muertas, y otras 21 heridas, en un tiroteo este sábado por la tarde en Texas occidental, entre las localidades de Odessa y Midland, según ha confirmado la policía. El atacante, un hombre blanco de entre 30 y 40 años, fue abatido por la policía, en el aparcamiento de unos multicines.
Entre las víctimas hay dos agentes de policía y, según ha confirmado un hospital a la CNN, también un bebé de 17 meses. Según la policía de Midland, uno o dos sospechosos habían robado un furgón de correos y disparaban de manera aleatoria. La policía ha asegurado que cree que la amenaza está controlada, pero recomienda a la población que actúe con cautela.
El presidente Donald Trump está siendo informado. "Me acaba de informar el fiscal general [William] Barr del tiroteo en Texas. El FBI y la policía están totalmente implicados", ha tuiteado a las 18.35 (hora de Washington).
Las localidades de Midland y Odessa están separadas por 32 kilómetros, y están a casi 500 kilómetros al oeste de Dallas. El Estado de Texas fue escenario de otro ataque masivo con armas de fuego el es pasado, cuando un hombre viajó desde los suburbios de Texas hasta El Paso y mató a 22 personas e hirió a 24, en una acción de motivación racista dirigida contra la población hispana, como el propio asesino, que fue detenido por la policía, confesó.
En esta ocasión no ha trascendido el móvil de pistolero, que ha fallecido, ni más información sobre la identidad de las víctimas.