Por Carlos Castillos
El uruguayo Juan Pablo Culasso, que es ciego de nacimiento, desarrolló el sentido del oído y creó un “mapa sonoro” con el canto de las aves que pueblan el país sudamericano. No es su primer trabajo en este sentido, aunque sí significativo por ser de su país natal y porque abarca a aves exóticas y algunas especies en riesgo de extinción, según comenta.
Juan Pablo se interesó por las aves desde niño y a los 20 años de edad trabajó con el curador del archivo sonoro neotropical Jacques Vielliard en la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) en Brasil.
Ahora tiene 36 años. Ama a la naturaleza y pese a su problema de visión se ha ido abriendo camino en la vida lo que le valió trabajar en Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia y Estados Unidos. En Nueva York ofreció una conferencia titulada “Un mundo de sonidos” en la que los paisajes sonoros de los lugares donde grabó fueron protagonistas con sus sonidos emblemáticos.
Se radicó en Colombia, porque en Uruguay, su país natal, no encuentra apoyo para su actividad. No es que Colombia sea el paraíso, pero “es más grande y entonces hay más puertas donde golpear” declaró estos días al portal de noticias “montevideo.com”
En su página web “Sonidos Invisibles” se presenta como Consultor en Accesibilidad e Inclusión, Diseñador de Sonido, Sonidista de la Naturaleza, Paisajista Sonoro y especialista en Turismo Incluyente.
Esto último significa trabajar de guía turístico para ayudar a la comprensión de la riqueza, variedad y los fenómenos de la naturaleza, particularmente aquellos relacionados con la vida de las aves y el hábitat en el cual viven.
Culasso es muy crítico con su país, particularmente, ya que hace unos años, el gobierno de turno lanzó la consigna “Uruguay Natural”, casi como una marca país, pero “no se hace mucho por conservar los bosques nativos, los bañados”, sostiene este experto. ”Es una lástima que todo se esté deteriorando una manera tan fuerte”, agregó.
Cuestionó el impulso que los gobiernos conservadores y progresistas de los últimos 30 años, sin distinción, le han dado al desarrollo forestal de Uruguay. “Le estamos llamado forestación a plantar pinos y eucaliptos que son especies exóticas que absorben el agua y destruyen el suelo de una manera brutal. Nos estamos matando nosotros mismos y eso parece que no se entiende” subrayó Culasso en sus declaraciones al portal uruguayo.
“No te imaginas cómo cambia a huella sonora del amanecer entre un bosque nativo y una plantación de árboles exóticos”, expresa el autor, y señala que incluso una persona no conocedora de la fauna silvestre reconocería la pobreza de una grabación comparada con la otra”.
Explica entonces que “las aves son excelentes bioindicadores de la salud de un ecosistema” y, si bien “hay algunas que se adaptan a todos los entornos, hay que considerar la variedad por encima de la cantidad”.
Y agrega: “Es una falsa perspectiva decir que se foresta cuando en realidad se hace algo que es horroroso“, dice acerca de la silvicultura que hoy se practica en Uruguay con el fin de elaborar pasta de celulosa.
Culasso sugiere que hay que desarrollar una mejor estrategia de conservación, porque es algo muy importante y no una cuestión de modas, ni cosa de ‘progres’ o de ‘jipis’, sino una cuestión de supervivencia pura y dura”, remató.
La nueva guía sonora de aves de Uruguay, y otros trabajos similares, se puede consultar en su página web, y según el experto puede ser muy útil para educadores en general y para personas que están haciendo cursos de identificación de aves.
Foto: Cortesía
Link de Juan Pablo Culasso