Autoridades de Seguridad entregaron este jueves acreditaciones a 267 privados de libertad que los certifican para desempeñarse en diferentes áreas laborales como: mantenimiento de máquinas de uso textil, confección de prendas de vestir, panadería, elaboración de calzado, cocina nacional e internacional, entre otras.
Los reos recibieron formación técnica para desenvolverse como profesionales a un nivel técnico, y además recibieron procesos de educación que les permitirán reincorporarse a la vida laboral cuando recobren su libertad.
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Los diplomas entregados cuentan con la acreditación del ministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde, y el director General de Centros Penales, Marco Tulio Lima. Su entrega se da en el marco del Programa de Apoyo Integral a la Estrategia de la Prevención de la Violencia que se ejecuta con fondos del préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los beneficiados fueron internos de los centros penales de Sensuntepeque, Penitenciaría Occidental, Metapán, Apanteos, Usulután, San Vicente, San Miguel, Granjas de Santa, Izalco y de la Penitenciaría Central La Esperanza.
Según las autoridades de Seguridad, este tipo de actividades contribuyen a la rehabilitación y reinserción social bajo la filosofía “el que sabe le enseña al que no sabe”, y que pretende crear hábitos de trabajo bajo el Modelo de Gestión Penitenciaria “Yo Cambio”.
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La entrega de certificaciones se da en la misma semana en que la relatora especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, pidió al Gobierno salvadoreño el cese inmediato de las “medidas extraordinarias de seguridad” por deshumanizar la situación de centros penales salvadoreños.
“Las condiciones espantosas que he presenciado no pueden explicarse solamente por consideraciones de seguridad. Esto me lleva a la conclusión de que su principal finalidad es la deshumanización de los detenidos. Dichas medidas ilegales deben cesar inmediatamente”, pidió en sus conclusiones.
Por su parte, el Gobierno ha negado las observaciones y aseguran que el sistema penitenciario es “moderno, rehabilitante y humano”.
A la fecha, más de 24 mil privados de libertad han participado en diferentes programas formativos al interior del sistema penitenciario.
