viernes, 26 abril 2024

Castro, 10 lí­deres de EEUU y atentados frustrados

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Un puro explosivo, cápsulas envenenadas o un "caracol bomba": la enemistad acérrima de Fidel Castro con Estados Unidos le valió al lí­der cubano el dudoso honor de ser objeto de numerosos intentos de asesinato, según distintas versiones.

Diez presidentes de Estados Unidos llegaron y se fueron sin ver caer a Castro, el lí­der latinoamericano que fue durante décadas una de las mayores obsesiones y la "bestia negra" de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA).

Entre los lí­deres a los que se enfrentó Castro estuvieron rivales enconados como Ronald Reagan, enemigos de primera hora como John F. Kennedy o más moderados como Jimmy Carter, empezando por Dwight D. Eisenhower y terminando con George W. Bush, el último mandatario estadounidense al que el cubano vio salir del cargo.

El abierto desafí­o de Castro a Washington, al que llevó al borde del enfrentamiento nuclear con la Unión Soviética en la Crisis de los Misiles de 1962, lo convirtió también en blanco de la ira norteamericana en tiempos de la Guerra Frí­a. Y en objetivo prioritario de la CIA, que no vaciló en apostar por su muerte.

Según fuentes como Fabián Escalante, un ex jefe de la inteligencia cubana, y Luis Báez, autor de varios libros sobre Fidel Castro, el ex presidente fue objeto de más de 600 planes de asesinato por parte de la inteligencia estadounidense, cifra inverosí­mil que para muchos le asegura un espacio en el Libro Guinness de los Récords.

Aunque es difí­cil probar la existencia de los centenares de planes de "eliminación fí­sica" atribuidos a los enemigos de Castro, algunos de ellos han sido ampliamente detallados por antiguos conspiradores, agentes o polí­ticos estadounidenses.

Además de planes generales para acabar con el régimen cubano como la fracasada invasión de Bahí­a de Cochinos en 1961, la CIA ideó varios complots para deshacerse de Castro, según sostiene Báez en su libro "El mérito es estar vivo", de 2005.

Sobre todo en los convulsos primeros años de la revolución abundaban los planes para matarlo. Entre ellos estaban algunos para liquidarlo con un disparo de bazuca cuando daba un discurso en la escalinata de la Universidad de La Habana en 1963, según Báez, o en el estadio Latinoamericano ese mismo año o en 1964 durante partidos de béisbol, un deporte al que Castro era gran aficionado.

También un Comité del Senado de Estados Unidos presidido por el demócrata Frank Church desveló en varios informes entre 1975 y 1976 la existencia de planes para matar a Castro, entre varios otros lí­deres que Washington puso en la mira (entre ellos el congoleño Patrice Lumumba y el dominicano Rafael Trujillo).

Algunos presuntos complots revelados por el llamado Comité Church apuntan a que la CIA planeó incluir a la mafia, que aún tení­a contactos en Cuba de la época de Fulgencio Batista, para matar a Castro en operaciones con cápsulas de veneno o atentados con armas. Los planes del llamado proyecto ZR/RIFLE fueron parcialmente desclasificados en la década de 2000. 

También tramas curiosas sobre presuntos intentos de matar al cubano han entrado en los libros de historia. Éstas son cuatro de las versiones más sonadas:

LA AMANTE DESPECHADA: La alemana Marita Lorenz se convirtió en 1959 a sus 19 años en amante de Fidel Castro y fue reclutada por la CIA tras el final tortuoso de esa relación, según cuenta ella misma en su autobiografí­a de 2001 "Lieber Fidel – Mein Leben, meine Liebe, mein Verrat" (Querido Fidel: Mi vida, mi amor, mi traición). Lorenz narra cómo la agencia le dio dos cápsulas mortales para envenenar a Castro en un previsto reencuentro en La Habana, aunque ella desiste del plan a último minuto y tira las cápsulas en un retrete.

EL HABANO EXPLOSIVO: El diario "Saturday Evening Post" reportó en 1967 que la CIA habí­a barajado en 1960 un intento de asesinar a Castro durante una visita a la ONU haciéndole fumar un habano, una de las grandes pasiones de Castro en aquella época, cargado con un potente explosivo. La CIA nunca confirmó la existencia de la trama. Varios medios norteamericanos dieron sin embargo por cierta la versión sobre el plan nunca ejecutado.

EL TRAJE DE BUZO ENVENENADO: Según un informe del Comité Church, el plan fue orquestado mientras el abogado neoyorquino James Donovan negociaba con Fidel Castro la liberación de los prisioneros de la frustrada invasión de Bahí­a de Cochinos en 1961. Donovan debí­a regalar al lí­der cubano un traje de buceo, otra de las aficiones de Castro, contaminado con bacterias y esporas que debí­an causarle una grave enfermedad cutánea. El plan se abortó debido a que Donovan le regaló antes a Castro un traje de neopreno convencional por iniciativa propia.

EL CARACOL BOMBA: El plan de los años 60, también mencionado por el Comité Church, preveí­a la fabricación de un "caracol de mar bomba" que debí­a ser colocado en el lecho marino en uno de los lugares donde Castro solí­a bucear. La concha portarí­a un explosivo capaz de matar al lí­der cubano. La CIA descartó el plan porque no encontraron viable colocar el explosivo en el lugar indicado.

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