Estimado profesor:
Entiendo que coordinar un instituto por medio tiempo es de las actividades más difíciles. En especial cuando su trabajo es estar viendo a las estudiantes, abrazarlas e incluso, casarse con una de ellas. Me sorprende su empleo, especialmente por la dificultad que requiere conquistar a una niña que lo que más quiere es estudiar.
Me sorprende su inigualable conocimiento al buscar a estudiantes de tercer año para dar clases a jóvenes de primer año, porque su conocimiento tecnológico es muy vasto. Tan vasto, que necesita a alguien de tercer año para la corrección de un documento que usted editó.
Usted es muy respetable, especialmente al momento de hablar del “dulce afecto al maestro” de la Oración a la Bandera Salvadoreña, porque claramente las alumnas le tienen mucho afecto, al punto de poder encontrar memes con la leyenda “cuando tu profesor tiene novia y tú no” o, sino, uno el que se puede ver una frase no dicha por usted, pero si se analiza, “un acto vale más que mil palabras”.
Sus decisiones serán las mejores, todo el tiempo, para bien o para mal. Es malo que un estudiante tome café con un docente, pero es bueno que un docente invite a comer y abrace de forma maliciosa a una alumna, por poner un ejemplo. Aunque, es malo que un docente no de clases y usted no cumple con su horario.
Las elecciones más necesarias, en el ámbito educativo, las toman ustedes. Así, “un docente debe ser multiusos”, por lo cual, un especialista en contaduría pública es maestro de los estudiantes de desarrollo de software. Además de que un docente de lenguaje enseña seminario.
Su capacidad para seleccionar a las personas es sorprendente. Los estudiantes que realizan prácticas internas son el equivalente a un esclavo y las estudiantes, a veces, son víctimas de su acoso.
Analizando su trabajo, usted se consideró como incapaz de impartir un refuerzo, tendría que decir que usted es tan capaz de dar un refuerzo de matemática que nunca convocó a los estudiantes a la clase. Por cierto, la materia asignada actualmente la imparte tan bien que los estudiantes deciden publicar estados de WhatsApp a la hora de su clase.
No sé si llamar al siguiente caso como “falta de atención”, porque lo más necesario a la hora de la formación general fue decir “búsquenme en Facebook y agréguenme”. Sin embargo, debo felicitarlos por el manejo que pueden dar a los estudiantes a la hora de la formación. “Si no se callan me voy a tardar más” es el cliché de las formaciones, el cual, por cierto, sirve para decir “hagan más ruido porque así no reciben clases”.
Creo que lo más importante es resaltar que usted puede incluir la religión en una institución laica, pero que practicará los principios de su religión cuando sea conveniente. Pero antes de continuar con esto, su relación de “agua y aceite” es tan notable que en tres años supe demasiado de ella, porque ustedes son demasiado tóxicos. Con ustedes más que respeto se debe tener cuidado.
Por lo demás, los felicito por ser docentes. Ustedes son la prueba fehaciente de que cualquiera puede ser docente en este país. Mi respeto y condolencias por ustedes.