lunes, 15 abril 2024
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Brevísima y triste historia de mis plagios

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"Gran parte de mis textos, artículos y versos se originaban en la extinta Contracultura, la sección cultural de Contrapunto y salían impresos en mi columna Palabra de Cíclope de Diario CoLatino": Gabriel Otero.

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Por Gabriel Otero


No seas mal pensado. Viniste por morbo, te imaginaste que esta brevísima y triste historia de mis plagios, se refería a la copia indiscriminada de ideas, estilos y formas y que tu mente enfebrecida especula ha cometido el autor de estas líneas. Todo lo contrario, te voy a relatar las veces que he sufrido plagios y me he dado cuenta y que son mucho pero muchísimo menos de los que no me he percatado.

La red además de una inmensa biblioteca, es un reflejo de la diversidad del mundo, ahí hay de todo, cualquier producto intelectual se amplifica o se extravía. Hace más de una década, en el auge de las bitácoras electrónicas, creé mi blog titulado Caleidoscopio Nocturno y al mismo tiempo escribía para otro llamado Blogotepeque de perfil juvenil y de grandes alcances, también me habían invitado a publicar en El Porta(l)voz una revista de corte iberoamericano que era el órgano de difusión de las televisoras de habla hispana.

Gran parte de mis textos, artículos y versos se originaban en la extinta Contracultura, la sección cultural de Contrapunto y salían impresos en mi columna Palabra de Cíclope de Diario CoLatino. La cadena de publicaciones era semanal, exceptuando en Blogotepeque que exigía interactuar con los lectores a diario.

Eran los blogs primigenios y había de todo tipo: literarios, misceláneos, técnicos, filosóficos, musicales y de chismes o cotilleos, lejos estaban de surgir los influencers o creadores de contenido y eran inexistentes los videos de mujeres y niñas contorneando culos y cuerpos al ritmo de reggaetón.

En 2009 escribí el artículo “Eva y el pecado original” que puede leerse en este enlace https://www.contrapunto.com.sv/eva-y-el-pecado-original/ cuyo plagio fue cometido por una poeta mexicana descubierta in fraganti por una lectora española. (1)

La mujer era una completa descarada, cínica alegó que todos los textos se relacionaban entre sí sobre todo los que la precedían y que ella únicamente “tomó” 12 versos escritos en prosa de los 31 de su “poema”.

El hurto intelectual es mucho más común de lo que se cree, desde niños se nos enseña a tomar ideas ajenas como propias sin el menor recato, no hay respeto por el pensamiento producido por otro.

Volviendo a esta brevísima y triste historia de mis plagios, en ese mismo año a Gabito le habían dejado como tarea llevar dos calaveras literarias, en México el Día de Muertos es una de las tres celebraciones más importantes del año junto a Navidad y a las Fiestas Patrias.

Fue así como nacieron Calavera a la suegra y Calavera a la parca, que son mis versos más leídos hasta la fecha, los publiqué en Blogotepeque y tuvieron más del millón de lecturas. Estas calaveras han sido multiplagiadas a gran escala, las absorbió la “sabiduría” popular y omitieron el pequeñísimo detalle de colocar el nombre de su autor.

Al principio sentí un atisbo de halago al ver que estudiantes, medios de comunicación y estudiosos del tema desmenuzaban mis calaveras, esta es una conducta repetida en porciones anuales que se fue tornando desagradable.(2)

La última vez que me descubrí plagiado fue muy reciente con el texto de “El carbonero” este fue escrito para la Revista Omnibus (3) en un especial de cultura salvadoreña coordinado por Tania Pleitez.

Tenía una fijación especial por esta canción considerada como el segundo himno nacional de El Salvador. Cuando comenzó la guerra en la Madre Patria existía un destanteo ideológico enorme en un sector de la población, escuchaba a mis compañeros de colegio cantar letras anticomunistas tarareando la música del carbonero, se oía grotesco, por ello este cierre “a pesar de la espantosa paráfrasis perpetrada por un partido político en ciernes, un crimen de lesa cultura, cuando los odios escupían sangre y la guerra civil iniciaba”.

Por lo general me olvido de mis textos después de compilarlos en algún libro, a veces los desecho cuando se vuelven añejos o ya no opino igual, me gustaría reescribir algunos.

A “El carbonero” habría que revisitarlo después que algún malintencionado ni siquiera mencionó su fuente en Wikipedia (4).

Ojalá que esta brevísima y triste historia de mis plagios no crezca.

_________________________

(1) “Llevo la sangre mixta.

Cambiante como el aire.

Una combinación de seres y sales de puras esencias impuras.

El recuerdo de días intensos que fácilmente puedo expresarlos sin tapujos,

de corrido, como escupiendo la memoria por las arterias de la voz.

Disparidad mezclada en ambos extremos universales de un ser, el mío.

Ser lo que no soy cuando no soy lo que puedo ser. Fusión de átomos y géneros.

Y nacieron caínes y abeles,

dualidades imposibles alojadas en las entrañas del estómago o el corazón,

rostros conocidos en el reflejo,

imágenes usuales de la nota roja,

y morada color arcoíris cabra.

No hay maldad más la que surge de uno mismo,

el yo en el espejo de los otros, la maldita manía de exterminarse sin contemplaciones,

la terquedad de hacerle daño al semejante.

Herencias débiles impuestas en los genes.

Las mujeres cazaron de su madre, Eva, sus desbarajustes hormonales,

los humores cambiantes,

la importancia de ejercitar la lengua como medio conexión escrita de tinta invisible,

con la comunicación.

Vulnerables espíritus. Enigmas en lenguas y letras de manos mudas.”

(2) Las mencionadas calaveras pueden leerse en este enlace: http://caleidoscopionocturno.blogspot.com/2009/10/calaveras-de-dia-de-muertos-otra-ronda.html y uno de tantos plagios

https://www.debate.com.mx/opinion/Korina-Calderon-Gastelum-Paralelo-25-Una-tradicion-que-alivia-20211106-0303.html

https://diccionariodesimbolos.org/calavera-mexicana/

(3) https://www.omni-bus.com/n33/postales.html

(4) https://www.elsalvadormipais.com/el-carbonero

https://es.wikipedia.org/wiki/El_Carbonero

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Gabriel Otero
Gabriel Otero
Escritor, editor y gestor cultural salvadoreño-mexicano, columnista y analista de ContraPunto, con amplia experiencia en administración cultural.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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