Por Roberto Carbajal
Si se detienen un poco al transitar por las calles de San Salvador, nos pueden ver en los pasos peatonales, parques, plazas , autobuses, en donde nos mostramos con diversas expresiones desde un grafiti , malabaristas, músicos entre muchos tantos que hemos tomado la vía pública como escenario ya sea por una necesidad económica o por mostrar el talento debido a los pocos espacios culturales con que contamos en la ciudad y si vamos más allá , estar donde está el público , llegar de manera espontánea de forma más abierta y libre. El arte urbano se ha extendido por todas partes del mundo , y actualmente ya no existe capital europea y de américa donde podamos apreciar estas manifestaciones, desde México hasta Paris, de Londres a Nueva York , incluso se ha tenido que legalizar y darle un espacio determinado a cada artista para mostrar su talento.
En San Salvador con la reciente visita de Karcocha un mimo, artista callejero o arlequín contemporáneo como se dice llamar ha despertado la inquietud de pensar que la historia de este personaje más que fascinante sea motivo de valorar el arte callejero en nuestro país. Gerardo Castro, chileno de nacionalidad , cansado que la policía lo acosara en las calles de su país y detenido en múltiples ocasiones por actuar sin permiso , decidió salir de esa situación y recaló en Barcelona pero no solo eso , con dos millones y medio de seguidores en redes sociales y youtube , ha llegado a Tokio, Londres, México y muchas ciudades más en total ha llevado su personaje a más de 60 países en 4 continentes.
Cientos de miles de espectadores llamados por la curiosidad y conocer al arlequín en persona, se apostaron a presenciar a Karcocha, decididos a sacarse una foto o ser protagonistas de sus improvisaciones. En nuestra capital como apuntábamos en diversos lugares vemos distintas manifestaciones de arte y ahora que la alcaldía capitalina propició la llegada de Karcocha, es una magnífica oportunidad para darle al arte urbano su lugar dentro del quehacer cultural de la ciudad, la creación de un registro de todos los artistas urbanos, ( malabaristas, cómicos , bailarines, grafiteros, caricaturistas, cantantes, mimos, músicos, artistas circenses , entre otros) organizar una programación permanente en las plazas, parques , calles y avenidas donde puedan concurrir las familias capitalinas y buscar el financiamiento con marcas comerciales que patrocinen al artista , de esta forma también se dinamizaría el comercio y el turismo. Recordemos que el arte forma parte de la economía naranja que por definición es un modelo de desarrollo en el que la diversidad cultural y la creatividad son pilares de transformación social y económica del país.
El arte callejero y el arte como tal ha demostrado que contribuye a la cohesión social, se combate la violencia y aleja a la juventud de los vicios sino veamos el exitoso proyecto de la Orquesta Sinfónica municipal conformada por jóvenes , algo que puede ser replicable en las demás artes : teatro, danza, arte circense y tendríamos una capital cultural más atractiva donde converjan familias y forme parte de la actividad socio económica de San Salvador y en definitiva se le del valor que le corresponde al arte y al artista urbano y pueda ser incluido en el plan de revitalización de la capital.
(*) El autor es actor y columnista de ContraPunto