Las últimas exposiciones públicas del señor Interiano, de Arena, dejan mucho que desear hasta en sus seguidores.
Ante el escándalo público y empacho interno por los sobresueldos (de impuestos ciudadanos y quizá de préstamos internacionales) recibidos por sus exfuncionarios, y algunos actuales), Interiano simplemente ha dicho: borrón y cuenta nueva.
Aun siendo muy religiosos, no se han confesado y creen estar limpios de sus pecados. “Miremos para adelante”, dice el señor.
La supuesta renovación y modernidad de Arena está colocada sobre una gruesa alfombra con la que pretenden encubrir a la ciudadanía las abultadas piedras de corrupción y abusos.
Nadie puede rotular al señor Alejandro Muyshondt de ser de izquierda, cuando ha hecho circular documentos de insultantes recibos mensuales de altos funcionarios durante los gobiernos de Arena. Asunto que los grandes medios escritos y TCS se niegan a publicar. Algunos areneros podrán sentir vergüenza, pero los salvadoreños nos sentimos indignados al ver que estos virginales areneros recibían mensualmente 40, 60 salarios mínimos de sobre-sueldo.
Algunos de estos destinatarios hablan rabiosamente de transparencia, de cese a la impunidad y la corrupción. Sin embargo, no hacen una mínima declaración de responsabilidad y de honestidad ante la ciudadanía. Ni una pluma.
“Miremos para adelante” dice Interiano como si hayan sido indultados. Como si ya están limpitos y planchaditos, listos para asaltar y cometer otros abusos y, nuevamente, volver al confesionario de la lavandería.
Y como uno de los resultados de esta actitud “modernista”, bien lo señala, posiblemente, el empresario y columnista del derechista y pro-oligárquico periódico Lpg, Rafael Castellanos: “Arena por su lado tiene una actitud decepcionante. En lugar de la unidad granítica que deberían buscar en este momento para consolidar el partido y volverse la maquinaria electoral que fueron, están enfrascados en divisiones y campañas personales”.
Pero evade hablar de sobresueldos.
Más adelante dice: “la percepción es que los grandes contribuyentes son los que mandan y colocan candidatos y manejan las campañas…” (Lpg 130617), dando a entender que las estructuras y seguidores no tienen absoluta decisión de las elecciones internas en Arena. Bíblicamente, eso ya se sabe. Allá aquellos, que desde su condición y situación, siguen pujando para que los presupuestos sociales y de inversión pública del país lo decidan los millonarios para sus intereses.
¿Qué dicen los auto-nombrados voceros legales, técnicos y democráticos de ese partido? ¿Seguirán encubriendo la hereditaria corrupción de su partido y la desigualdad social que provoca?
Aún con los casos de expresidentes de Arena con procedimientos judiciales y penales por enriquecimiento y patrimonios ilícitos, lavado de dinero y agrupaciones ilícitas, dicho partido se comporta como esa gallina que come sus huevos y sigue… aunque se haya quemado el pico. “Miremos para adelante” dice el mencionado señor.