Por Klaus Blume (dpa)
Unos 100 días después de lo inicialmente planeado, el sábado 15 de abril, Alemania desconectará sus últimas centrales nucleares de la red.
Con el cierre de Isar 2 (Baviera), Emsland (Baja Sajonia) y Neckarwestheim 2 (Baden-Wurtemberg), la era nuclear llegará a su fin en el país más poblado de la Unión Europea (UE).
A mediano plazo, se prevé que la mayor economía europea obtenga la mayor parte de su electricidad de energía renovable. Sin embargo, debido a la aún elevada proporción de carbón, las emisiones de CO2, perjudiciales para el clima, aumentarán con el abandono de la energía nuclear.
El adiós a la energía nuclear por parte de Alemania, un proceso que se inició hace 20 años, debía estar concluido para el 31 de diciembre de 2022.
Pero, como la guerra de Ucrania obstaculizó los envíos de gas rusos y disparó al alza los precios de la energía, el Gobierno germano integrado por socialdemócratas, liberales y verdes dispuso postergar el “apagón nuclear” hasta el 15 de abril.
Los tres reactores aportaron durante el año pasado todavía alrededor de un seis por ciento de la generación de energía en Alemania. A principios de este siglo, la energía atómica representaba un 25 por ciento de la electricidad generada a partir de 19 centrales nucleares.
La primera central atómica de Alemania, Kahl en Baviera, comenzó a funcionar en 1962, y por entonces aún se la consideraba un símbolo del progreso.
La resistencia contra la construcción de centrales nucleares se inició recién en los años ’70. Protestas masivas y a veces violentas como las de Brokdorf (Schleswig-Holstein) o Grohnde (Baja Sajonia) pasaron a la historia de la República Federal de Alemania.
Del movimiento contra las centrales nucleares emergieron los Verdes, que ingresaron en 1983 al Bundestag (Cámara Baja del Parlamento). Tras el accidente de Chernobyl en 1986, también los socialdemócratas se pasaron a los opositores de la energía nuclear.
Cuando en 1998 el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes ganaron las elecciones al Bundestag y Gerhard Schröder reemplazó como canciller a Helmut Kohl, se resolvió el adiós a la energía atómica.
Se prohibió la construcción de nuevas plantas nucleares y se redujo el funcionamiento de las centrales ya existentes a 32 años. A comienzos de 2020, estaba previsto el “apagón”.
En octubre de 2010, el Gobierno de Angela Merkel dispuso en medio de fuerte resistencia una prolongación de, en promedio, 12 años. En marzo de 2011, tuvo lugar el accidente de la central atómica en Fukushima, Japón.
Entonces Merkel también se inclinó hacia el adiós a la energía atómica y se desconectaron de inmediato ocho de los 17 reactores. Desde agosto de 2022, solamente quedaron los tres que se apagarán el sábado 15: Isar 2, Emsland y Neckarwestheim 2.
La industria germana se mostró crítica del abandono de la energía nuclear, pero debió aceptar la decisión. En tanto, la resolución de Berlín tendrá poco peso a nivel internacional.
Según datos del sector en Alemania, actualmente están operativos 422 reactores nucleares, que generan entre el diez y el once por ciento de la electricidad mundial. Y, en Europa, alrededor del 21 por ciento de la electricidad procedía de centrales nucleares en 2020.
Francia, incluso, con 56 plantas el mayor productor de energía atómica del mundo tras Estados Unidos, planea la construcción de otras 14. Sin embargo, tras el adiós germano, solamente 12 de las 27 naciones de la UE seguirán apostando a la energía nuclear.