Hasta la fecha 15 diputados habrían testificado sobre la militarización de la Asamblea Legislativa registrada el pasado 9 de febrero, según informó el fiscal general de la República, Raúl Melara.
“Todos los diputados que han llegado han manifestado que no encontraron nada anormal, lo que es curioso porque el mismo día dijeron que se había violentado”, mencionó.
A los hechos que hace referencia el fiscal, fueron cuando el mandatario salvadoreño llegó al Parlamento para realizar una sesión extraordinaria que convocó por medio de su Consejo de Ministros, para abordar la aprobación del préstamo de $109 millones que el BCIE ha aprobado para financiar la tercera fase del Plan Control Territorial.
Pero lo que generó controversia, fue el fuerte dispositivo de los cuerpos de seguridad, lo cual fue considerado como excesivo por parte de los 23 diputados que en ese momento acataron la medida.
Para organizar su llegada al recinto legislativo, Bukele hizo uso del artículo 167 de la Carta Magna y así cerrar este capítulo, con la aprobación del empréstito.
Pero la mayoría de diputados pensaron lo contrario, ya que prefirieron continuar con sus actividades cotidianas porque establecieron que no habían “calamidad pública” para hacer uso de ese artículo de la Constitución.
Además, esto estuvo acompañado de un acto de civiles que querían hacer uso de la insurrección establecido en el artículo 87 de la Constitución.
En esa ocasión, las frases “pidamos a Dios sabiduría” y “nadie es más sabio que Dios” tuvieron que salir de la boca del mandatario salvadoreño en al menos cinco ocasiones en el segundo mensaje que le dirigió a la población, esto luego de haber ingresado al Salón Azul y haberse sentado en la silla de la presidencia del Parlamento Salvadoreño.
Con estas palabras, el Jefe de Estado intentó calmar los ciudadanos a quienes minutos antes había agitado con un mensaje confrontador al invocar la insurrección de la población.
Por lo tanto, las al menos 500 personas que habían atendido el llamado desde las 12 del mediodía, hicieron propio el mensaje y exigieron que esto se cumpliera, debido al cansancio social que existe por los niveles de corrupción que hay en el país.
Sin embargo, el presidente se echó para atrás y les solicitó en reiteradas ocasiones que se les diera “a estos corruptos” un compás de espera de una semana para que resolvieran el inconveniente con la aprobación de los fondos de para la tercera fase del Plan Control Territorial.
“Si en una semana no resuelven esta situación estos corruptos, yo no me voy a interponer entre ustedes y el cumplimiento del artículo 87”, expresó Bukele a la multitud.
Pese a la petición, la población estaba renuente de retroceder, pero fue un joven que a lo lejos dijo: “Si, demos una semana”.
Ese grito generó una reacción en cadena para que la población cambiara de parecer y respaldara a un Bukele que hizo un ademán de “dame sabiduría señor” y con una gesticulación de “ayúdame ante esto”.
Con ello, el estadista logró retirarse con el séquito de militares que lo estaban escoltado, en una imagen que se podría apreciar como beligerante.
Por su parte, los ciudadanos tuvieron que irse a sus casas con una sensación agridulce de la actividad, pero que al menos lograron compartir saludos con Carlos Marroquín, director de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social; con Mario Durán, ministro de Gobernación y otros funcionarios que circularon entre los presentes para saludarlos y retratar el momento con una “selfie”.
Muchos de los asistentes llegaron de los departamentos de La Paz, La Unión, San Vicente, San Miguel, San Salvador, con el objetivo de respaldar el intento de insurrección.
Pasado este hecho, la insurrección de la población se ha ido retrasando sin fecha definida.
Mientras tanto, la militarización del Congreso fue rechazo por la comunidad internacional y la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia le ordenó a Bukele que: "Que se abstenga de hacer uso de la Fuerza Armada en actividades contrarias a los fines constitucionalmente establecidos y poner en riesgo la forma de gobierno repúblicano, democrático y representativo, el sistema político pluralista y de manera particular la separación de poderes”.