lunes, 9 junio 2025
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Una política nacional de Seguridad pública 

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En esta octava conversación, el general de división Carlos Demetrio Gaytán Ochoa (Ciudad de México, 1949) amplía el tema de la Seguridad pública.

Por Rubén Aguilar Valenzuela.

En esta octava conversación, el general de división Carlos Demetrio Gaytán Ochoa (Ciudad de México, 1949) amplía el tema del que hablamos en nuestra séptima plática que tuvo como centro la Seguridad pública, que se publicó en este mismo medio.

Quien fuera subsecretario de la Sedena, considera, que como parte de una nueva política de Seguridad pública, que permita una cobertura territorial suficiente y que realmente reduzca los indicadores delictivos en el mediano plazo, se requiere:

1) Reactivar la Secretaría de Seguridad Pública Federal. Y esto “no solo de nombre, como hasta ahora, sino operativamente, con la fuerza de una Policía Federal Preventiva, que permita recuperar y potenciar sus funciones, para cumplir dicha tarea del Estado y relevar, en el momento oportuno y pertinente, de dicho compromiso, a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Nacional, toda vez que las primeras tienen como misión primigenia la defensa nacional y la segunda garantizar la Seguridad interior”.

En la versión del también doctor en Alta Dirección, esta institución, que tuvo reales problemas de corrupción, que era necesario enfrentar, “también avanzó mucho en despliegue, profesionalización y equipamiento. Las fallas deben corregirse. La solución no era eliminar o desaparecer un cuerpo de seguridad que había comenzado a ser reconocido por su trabajo y buenos resultados” y plantea de manera enfática que es necesaria su “reactivación y puesta en operación, bajo la dirección de policías profesionales y probos, así como un esquema de supervisión y escrutinio permanente, tanto por la parte oficial, como por organizaciones ciudadanas”.

2) Recuperar, actualizar y reforzar a Plataforma México. Esta estructura, dice el general, “había evolucionado y prácticamente consolidado como sistema de inteligencia policial y que, junto con la policía cibernética, mostraron su gran utilidad al servicio de la sociedad. Su participación y evolución se haría bajo las mismas medidas de supervisión mencionadas para la Policía Federal”.

Y añade que “lo anterior estaría abonando el terreno para, en un tiempo perentorio, dejar de depender de los sistemas de inteligencia militares de México, así como de los estadounidenses, para convertirse en un pilar más, en la lucha contra el crimen organizado”.

3) Poner en ejecución, en el orden que se determine como prioritario, las siguientes acciones: “a) Asignar a la Guardia Nacional la misión de garantizar la seguridad interior; b) Recuperar, incrementar y actualizar a la Policía Federal; c) Crear policías estatales eficaces; o comenzar desde abajo, es decir, primero reforzar y profesionalizar a las policías municipales”.

Desde su punto de vista estas acciones, aún siendo inaplazables, no pueden implementarse de manera simultánea y es necesario decidir por cuál comenzar, pero sin dejar de realizar las otras. Dentro del marco de un plan estratégico. Para él, se debería privilegiar la reactivación de la Policía Federal. Y añade que “las plazas presupuestales con las que puede iniciarse este procedimiento son del Ejército y Marina, tal como se hace ahora con la Guardia Nacional”.

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Rubén Aguilar Valenzuela
Rubén Aguilar Valenzuela
Columnista y analista de ContraPunto. Doctor en Ciencias Sociales, con una Licenciatura y Maestría en Sociología y Estudios de Desarrollo Institucional; exfuncionario del gobierno mexicano.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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