spot_img
spot_img

La transición a la Casa Blanca y el gobierno

¡Sigue nuestras redes sociales!

spot_img
Tercera Parte
Segunda parte
Primera parte

Durante el primer año de gobierno, la fuga de información confidencial de Casa Blanca y otras secretarí­as de estado era noticia de portada de la prensa manejada por el viejo orden mundial.

Responsables de esto eran los empleados de la administración Obama, molestos por la derrota de su candidata Clinton y que esperaban ser despedidos.

Como parte del gobierno de los EE. UU., las agencias de seguridad desempeña un papel importante. Diez y seis son las agencias y todas ellas mantienen durante el periodo de transición presidencial a los directores nombrados por el gobierno saliente.

Las hay agencias llamadas independientes como la CIA y otras dependientes entidades como el Departamento de Defensa, del Departamento de Energí­a, del Departamento de Seguridad Nacional, del Departamento de Justicia, del Departamento de Estado y del Departamento de Tesoro.

A medida que trascurren los dí­as se va comprobando que algunas de estas agencias de inteligencia y sus direcciones trabajaron al servicio del (VOM) Viejo Orden Mundial, a favor de la elección de la señora Clinton y que se involucraron desde el inicio de la campaña presidencial en la tarea de espiar, desprestigiar y elaborar el llamado: documente la Colusión Rusa, con el objetivo de desacreditar al ahora electo presidente Donald J. Trump.

Entre los directos nombrados involucrados en el desprestigio al presidente electo se encuentran: El director de al CIA, el Director de Inteligencia Nacional y el director de FBI. Además de la dirección de Departamento de Justicia (DJO). Investigaciones judiciales se llevan acabo que poco a poco confirman su participación.

La actividad anti-Trump iniciada durante la campaña, continua después haber sido electo y habiendo tomado posesión de cargo, estos jefes de agencias de inteligencia renuncian el mismo dí­a 20 de enero 2017 en que el presidente es juramentado.

Vale la pena aclarar que entidades de inteligencia pertenecientes al Departamento de Defensa no fueron cómplices de esta trama y el director de la NSA almirante Michael Rogers, hace del conocimiento del entonces candidato Donald Trump, de que la Torre Trump en donde está la sede del equipo de campaña este siendo espiada por otras agencias de gobierno. Advertido el presidente, lo denuncia y traslada la sede del equipo de campaña.

El director del FBI quien fuera ratificado en el cargo informa al presidente electo de la situación del paí­s en relación a su agencia y en su informe ocultan información sobre la investigación sobre el caso de la Colusión Rusia.

No informa sobre como se han obtenido las ordenes FISA y que la última renovación ha obtenido siendo el ya presidente electo. Tampoco informa que los exdirectores de la CIA y el NSI formaron parte de este montaje en su contra y menos le da ha conocer que las ordenes FISA son producto de del pago realizado por el Comité Nacional Demócrata y la campaña Clinton ambas entidades pagan por su elaboración. Se guarda de informar sobre la falsedad de las pruebas presentadas para conseguir la aprobación de los jueces y que las pruebas que acompañaron las ordenes para solicitar las ordenes FISA, no fueron corroboradas por el FBI.

Hasta la fecha 13 de julio 2018, mantiene ocultas el departamento de justicia, las solicitudes presentadas a los jueces, a pesar de ser requeridas por comité judicial del senado.

El fiscal especial continúa proceso la investigación, afectando la credibilidad del gobierno electo.

El director del FBI mantuvo al mismo grupo de agentes corruptos que se prestó para exonerar de cargos a la candidata Clinton, a luego continuaron conduciendo el caso en contra del presidente Donald Trump.

Gracias a las investigaciones a la fecha varios agentes y abogados han renunciado o han sido despedidos del departamento de justicia, por su participación en esta actividad ilí­cita.

Sucedió luego de ser juramentado cómo director del departamento de justicia que Jeff Sessions que se da a conocer que siendo senador, él habí­a reunido con embajador de Rusia, y es por esta razón que sigue consejo de sus asesores y se excusa de participar en el caso de la Colusión Rusa, acción que no consultó y molestó al presidente.

A partir de entonces en lo referente al caso la Colusión Rusa, quien actúa como director titular es Rod Rosenstein. ¡Curioso! Es que este personaje resultara electo con masiva mayorí­a de votos demócratas y republicanos en el senado, cuando el director titular Jeff Sessions, apenas obtuvo los votos republicanos necesarios para ser electo.

Es entonces que da inicio una nueva etapa dentro del caso la Colusión Rusa y en contra del presidente. El poder del VOM muestra que dará dura batalla.

Juzgue usted, estimado lector:

Rod Rosenstein actuando como director en este caso de la Colusión Rusa, emite opinión para que el director del FBI sea despedido y esta opinión es aprobada por Jeff Sessions director electo y esta recomendación es enviada al presidente Trump.

Es importante que el lector conozca que el presidente tiene autoridad para nombrar y despedir a los integrantes del Departamento de Justicia, departamento que en nuestro medio representa la Fiscalí­a General de la República y que cuenta con el FBI como rama de inteligencia.

La nota de Rosenstein, no era necesaria para que el presidente despidiera al director Comey del FBI.

El despido resulta ahora parece ser el motivo perfecto para acusar al presidente de obstrucción a la justicia, pues despedí­a a quien dirigí­a la anterior investigación en su contra. Esto de inmediato se promueve en ambas cámaras por los demócratas y resulta ser la nueva causa para continuar la investigación en su contra. Salvando así­ el proceso que perdí­a credibilidad.

El despido del entonces director del FBI quién recientemente se ha reunido con el presidente, recibe durante un viaje al interior del paí­s la noticia de que ha queda cesado de su cargo. Tal es la sorpresa y la furia que amenaza con presentar pruebas para que se instale un Fiscal Especial y se investigue al presidente.

Mucha coincidencia en los sucesos y parece ser un plan bien elaborado.

El partido demócrata ya esperaba que el presidente despidiera a director del FBI y sus miembros mantení­an actividades que pedí­an despojarlo del cargo. Ahora acusarí­an al presidente de “obstrucción de justicia” y se suman al exdirector del FBI demandando la instalación de un Fiscal Especial para proceder con esta nueva acusación.

Este proceso aún sigue su curso y corresponde “por casualidad” que el director en funciones del caso de la Colusión Rusa, el mismo que recibió mayorí­a de votos de los demócratas Rod Rosenstein es el designado para elegir al fical especial y designa para el cargo a Robert Müller exdirector del FBI y cómplice de actividades ilegales en los gobiernos Bush y Obama. Además, corresponde a Rosenstein y no a Sessions definir el alcance de la investigación.

Un nuevo calvario de desinformación y ataques da inicio para la administración Trump, que además judicialmente poco a poco descubre como se ha ido fraguando la trama en su contra.

La candidata Clinton está en los medios de prensa a su favor denunciando que Rusia ha colaborado con Trump para derrotarla, congresistas demócratas piden la destitución, de Donald Trump. Se realizan marchas proaborto y organizaciones liberales se manifiestan en otros estados, ricachones artistas de cine llamadas celebridades se unen a las protestas se expresan mal del presidente.

Además del ataque polí­tico, el gobierno debe enfrentar problemas heredados por la administración anterior como migración y actos terroristas relacionados causados por migrantes de creencias religiosas islamistas extremista, asesinatos de ciudadanos a manos de la MS 13, la epidemia de muertes causada por consumo de opio sintético, el abuso en el uso de multimillonario de estampillas de comida por parte de ilegales y la violencia como en la ciudad de Chicago.

Los EE. UU., se encuentran en problemas.

La administración se ve obligada a tomar medidas correctivas dentro del marco legal y a hacer cumplir la ley. Se restringe la llegada a los EE. UU., de los paí­ses musulmanes siguientes: Chad, Irak, Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen, los migrantes de estos paí­ses carecen de records confiables en los respectivos paí­ses.

Cómo presidente ejerce un derecho constitucional, pero resulta que el sistema judicial ha sido corrompido por ocho años de gobierno anteriores.

Pueden valorar amigos lectores cómo el viejo orden mundial, opera a sus peones, una de las primeras en expresar su desacuerdo con la restricción a migrantes de paí­ses musulmanes, es la subdirectora del departamento de justicia, dependiente del poder ejecutivo y entonces directora en funciones: Sally Yates, remanente de la administración Obama.

Los jefes de las agencias de inteligencia han renunciado, pero de subdirectores hacia abajo permanece en los cargos los nombrados por la anterior administración.

Nada se puede hacer hasta que el Senado apruebe el nombramiento de los propuestos por el presidente.

El fiscal especial Robert Müller tiene cola larga, encubre los atentados del 11 de noviembre y las Torres Gemelas, está involucrado en la venta de uranio norte americano a Rusia, el tema de la venta de armas al narcotráfico y otros casos que dejan duda de integridad.

El VOM aun ejerce su poder desde la sombra y mantiene un estado de zozobra jurí­dica sobre la nueva administración.

No están dispuestos a perder el poder.

Lamentable para el fiscal especial es que los procesos judiciales que llevan adelante, hasta la fecha 13 de julio de 2018, no han arrojado pruebas en contra de la obstrucción de justicia o colusión del presidente con Rusia para derrotar en la carrera presidencial a la candidata demócrata.

Los senadores y congresistas demócratas, se mantiene al frente del desprestigio en contra del presidente y esto se vuelve en su contra. Se espera pierdan a causa de su testarudez escaños en ambas cámaras en las elecciones de noviembre. Igual suerte sucede a los medios noticiosos que continúan con las campañas de antipresidenciales; las encuestas muestran que su audiencia cada vez los ve menos. 

Amigos temo que continuaremos la próxima semana.

Por su lectura muy agradecido. (Continuará)

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Ernesto Panamá
Ernesto Panamá
Columnista de ContraPunto, Escritor salvadoreño; Máster en Edición, con 13 obras publicadas

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias