Por: Carlos Castillos.
Anthony juega al fútbol en la selección nacional y en clubes de Uruguay, Argentina y Brasil. Es músico y toca los teclados en una orquesta de música tropical. Ernesto es nadador y atleta. Participa en travesías de aguas abiertas y de corridas de 5 y 10 kilómetros. Carlos también es atleta. María toca el tambor en una comparsa, agrupaciones típicas del carnaval local. Los tres y otras decenas de hombres y mujeres de Uruguay tienen en común que son ciegos o de baja visión.
Y por estos días se les ve radiantes. Acaba de reinaugurarse un instituto modelo de rehabilitación, en un predio de 2.267 metros cuadrados, ubicado a escasos 10 minutos del centro del centro de Montevideo, la capital del país. Fue cerrado en marzo del 2016, con el argumento que debía ser reubicado. Y se llevó a la periferia de la ciudad. Los usuarios de entonces, ciegos, gente de baja visión, familiares y amigos resistieron la medida del entonces gobierno progresista, y ocuparon el predio durante 71 días. Pero no pudieron torcer la decisión del gobierno de turno. Cuatro años después, en marzo del 2020, el nuevo gobierno de una alianza conservadora, anunció que iban a encarar la remodelación. En el 2021 se resuelve recuperarlo y convertirlo en un centro modelo a nivel regional. Pasaron dos años en obras, con el aporte de los ministerios de Desarrollo Social (Mides) y de Transporte y Obras Públicas (MTOP) hasta que en febrero de este 2023 se reinauguró.
TIBURCIO CACHÓN
Así se lama el Centro de Rehabilitación para ciegos y personas de baja visión. Lleva el nombre de un hombre que murió en 1911 y legó a su hermana el inmenso y arbolado predio para que, a su muerte, fuera un “Asilo para ciegos”. Así funcionó desde 1962. Existió una controversia sobre el testamento de Cachón y la propiedad del lugar, pero definitivamente pasó a manos del ministerio MIDES. El actual ministro, Martín Lema, dijo estos días que las obras que se habilitan “son de una profunda dimensión humana” y devuelven a la comunidad un apreciado centro, que “es un orgullo nacional” y un “modelo regional”. El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, destacó que la obra es parte de “un proceso virtuoso”. “Nuestro foco es que el país crezca y la sociedad se desarrolle”, agregó el presidente uruguayo. En los trabajos de restauración, que demandaron unos dos años, trabajaron obreros, técnicos y hasta familiares de usuarios porque el Instituto Cachón ha sido, históricamente, una institución de referencia en Uruguay. SATISFACCIÓN Para los usuarios, gente ciega y de baja visión, la reinauguración del “Instituto Cachón” devuelve la alegría y la esperanza. “Yo estaba ya sin sueños”, dijo Laura y resaltó que ese lugar le ha permitido “adquirir independencia”. Es que el lugar, dirigido por especialistas en diversas disciplinas, como médicos, psicólogos, profesores de Educación Física y otros, les devuelve la autonomía a los ciegos. “Se transforma en un segundo hogar” y “nos devuelve la vida”, dijeron algunos de los usuarios. Las obras fueron totales porque el predio estaba abandonado y condiciones deplorables. Se renovó todo el sistema eléctrico, se instaló aire acondicionado; pintura, baños, cocinas, pavimentación vehicular de acceso; planos y maquetas hápticas (ciencia del tacto, la vista y el oído) con un mapa del centro en 3D; detección de incendio con alarma sonora en todo el edificio; cerramiento perimetral; internet; accesibilidad universal (puertas, pasillos y barandas); podas, talas y retiro de árboles caídos; impermeabilización del techo y recambio de tejas; reacondicionamiento del gimnasio para actividades físicas; pisos nuevos en varias zonas del edificio: pasillos, hall de entrada y subsuelo; mejora de áreas verdes, e instalación de cámaras de seguridad y hasta una sala de lactancia. Un detalle a destacar que también participaron de los trabajos egresados del sistema penitenciario, quienes, cuando salen de la cárcel, suelen ser atendidos por la llamada Dirección Nacional del Liberado para procurar su reinserción social. SERVICIOS A partir de ahora, el “Centro de Rehabilitación Cachón” (CRC) de Montevideo está a disposición de cualquier persona con dificultades de visión. “La atención es gratis, sin distinciones. No se exige nada para participar de los talleres y cursos de rehabilitación”, explicaron a CONTRAPUNTO, en el Instituto. Aclararon, sin embargo, que los talleres demoran el tiempo que cada persona necesita. De manera que si un extranjero quisiera aprovechar esta posibilidad tendrá que ver si tiene condiciones de radicarse un tiempo en Uruguay. “Es que algunos procesos de rehabilitación pueden durar un año o más. Y en ese caso una persona que llegue desde otro país tiene que tener solucionada la documentación para la estadía, así sea temporaria”. “El Cachón“, como se le conoce en Uruguay, tiene las puertas abiertas a todo el mundo. Y como dijo uno de los usuarios “ya es una huella que no se olvida”.
FOTOS: Carlos Castillos y gentileza presidencia de Uruguay.
