Tacuscalco es un vestigio de los pueblos originarios nahuat pipiles que está siendo afectado por la construcción de un complejo habitacional llamado Acrópoli por parte de la Constructora Fénix S.A. de C.V. que ha seguido trabajando a pesar de una prohibición de los juzgados ambientales de Santa Ana que ordenaron detener la obra.
Las poblaciones indígenas y la organizaciones ambientales se han manifestado en diversas ocasiones para pedir que se detenga la destrucción del patrimonio histórico y cultural del país, además del medio ambiente, refiriéndose a la contaminación del rió Ceniza de Sonsonate, y al asentamiento arqueológico que estaría localizado en el lugar de construcción.
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El representa del Movimiento de Unificación Indígena de Nahuizalco, Nicolás Sánchez, sostiene que los proyectos de la empresa constructora Salazar Romero en Nahuilingo, Sonsonate, son ilegales y que con el nombre de Constructora Fénix se sigue construyendo a pesar de un paro acordado por el Juzgado Ambiental.
El proyecto Acrópoli se puso en marcha en julio de 2017, un mes después de que la Secretaría de Cultura empezó a recibir denuncias de pobladores de la zona sobre la afectación a los sitios arqueológicos Tacuscalco y Nahulingo.
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Actualmente los miembros del Sindicato de trabajadores de la constructora Fénix, buscan derogar los paros ambientales y culturales impuestos a la obra, ya que aseguran que les beneficia económicamente trabajar con la constructora; sin embargo, la población y las organizaciones sociales de Nahuilingo y alrededores han dicho que no permitirán que se afecte el patrimonio ambiental y cultural de su municipio.