Es un hecho conocido que Carlos Rivas Zamora se presentó como candidato del FMLN, en alianza con otras fuerzas políticas y sociales, ganó la elección y estuvo al frente de la Alcaldía de San Salvador en el transcurso de los años 2003 a 2006. También es posible recordar que al inicio de su gobierno, en el desarrollo del trabajo comunitario y de participación ciudadana, surgió la frase San Salvador es tuyo, que se convirtió en el lema de la gestión municipal.
De hecho, San Salvador es tuyo se publicó reiteradamente en las convocatorias de prensa para las licitaciones convocadas por la Alcaldía de San Salvador, fue el lema que acompañó la identificación de las obras públicas municipales y también se incluyó en el papel membretado de la Alcaldía. San Salvador es tuyo aparece en la placa de metal que identifica la Plaza Monseñor Arturo Rivera y Damas, Artesano de la Paz, que lleva la fecha 26 de noviembre del año 2004. El Comité de Festejos de San Salvador posicionó el lema en la realización de las fiestas agostinas durante los años 2004 a 2006. Por lo tanto fue un lema que tuvo la más amplia difusión, y aunque muchas personas parecen haberlo olvidado, para una gran parte de la ciudadanía es un lema que quedó latente y asociado a una buena gestión municipal.
Once años después, el 14 de diciembre del 2017, el periódico digital El Mundo, informa que Ernesto Muyshondt, candidato a la Alcaldía de San Salvador por el partido ARENA, en un conversatorio con estudiantes de una universidad ubicada en el centro de la ciudad, adelantó que prepara el plan municipal “San Salvador Es Tuyo”, y que a partir del “… próximo año dará a conocer su plan de gobierno municipal basado en los insumos recolectados a lo largo de 7 meses” [1]. El candidato de ARENA a la Alcaldía de San Salvador, Ernesto Muyshondt, ha retomado la frase “San Salvador Es Tuyo”, convirtiéndola en su principal lema de campaña. Sus páginas de redes sociales (twitter y facebook) lo utilizan como el identificador principal.
El lema de la gestión municipal de San Salvador conducida por el FMLN durante los años 2003 a 2006 ha pasado a ser retomado como el principal lema de campaña del candidato de ARENA, Ernesto Muyshondt.
Frente a este hecho procede hacernos algunas preguntas: ¿A qué le apuesta el partido ARENA en la actual campaña electoral? En particular, ¿A qué le apuesta el candidato Ernesto Muyshondt para ganar la alcaldía de San Salvador? Frente a las circunstancias actuales es necesario caracterizar, aunque sea de forma aproximada, las estrategias mediante las cuales ARENA se desenvuelve en sus campañas electorales.
Lo tradicional en la organización de campañas electorales es que los partidos políticos hagan propaganda, es decir, den a conocer a la ciudadanía su diagnóstico de las problemáticas que afectan a la población y el territorio sobre el cual pretenden llegar a gobernar, así como las acciones, planes y programas que se proponen llevar a la práctica en el caso de resultar electos. A esta primera noción diáfana del juego democrático, las personas que estudian los procesos electorales añaden su análisis crítico y dan a conocer que, en la práctica real, se opera con tres variantes de propaganda, designadas como propaganda blanca, gris y negra. A partir de estos parámetros de análisis de las contiendas electorales se reconoce que, en lo real, el juego político practicado por algunos partidos, recurre a la difusión de sus plataformas programáticas (propaganda blanca), pero simultáneamente difunde información tergiversada (propaganda gris) y promueve que otras entidades subrepticiamente asociadas, difundan falsedades, incluyendo imágenes y lenguaje directamente soez y en toda forma ofensivo (propaganda negra). Bajo esta realidad, los procesos electorales de la democracia representativa ya no pueden reconocerse como diáfanos y transparentes.
Sin embargo, la realidad de nuestros procesos electorales es aún más oscura.
En los procesos electorales del siglo XX se incorporaron las estrategias aprendidas en la promoción de productos mercantiles a la consecución de resultados electorales. Las estrategias y tácticas del “marketing” político cobraron importancia, y con ellas, el reconocimiento de las tendencias de opinión predominantes en la población, como una línea de base a partir de la cual se debe orientar la publicidad o propaganda. Pero en el caso particular de El Salvador, y en especial del partido ARENA, la participación en las campañas electorales, desde sus orígenes, incluyó un aspecto más: las operaciones de guerra psicológica.
ARENA es un partido político que surgió en septiembre de 1981, en pleno conflicto bélico. Roberto d’Aubuisson Arrieta, oficial militar retirado, fue uno de sus principales fundadores. Es conocido que el Mayor d’Aubuisson se desempeñaba como oficial de inteligencia, a cargo de la vigilancia y represión contra las organizaciones sociales y populares, y toda oposición a los gobiernos militares. Después de ser derrotado como candidato presidencial en las elecciones de 1984, Roberto d’Aubuisson reconoció la conveniencia de proponer a otra persona para la candidatura presidencial. En el círculo central de decisión de ARENA, con tres años de anticipación a las elecciones de 1989, se llegó al acuerdo de proponer al empresario cafetalero Alfredo Cristiani como candidato presidencial, y el propio d’Aubuisson “”…se encargó de que así fuera. Durante los siguientes fines de semana recorrió el país. “Éste es el candidato”, decía. “d´Aubuisson, d´Aubuisson”, gritaba la gente. Que les digo que éste es el candidato; es más educado, sabe hablar inglés y yo ni visa tengo”, dijo una tarde calurosa en Cojutepeque…“” [2]. El pasaje es tomado de la historia oficial de ARENA y expresa una sustancial dependencia ideológica de ese partido respecto a los Estado Unidos, así como un matiz propio en la forma que aborda las campañas electorales.
Durante el trascurso de las siguientes campañas electorales, quedó en evidencia que el diseño y desenvolvimiento de las estrategias mediante las cuales ARENA organiza su participación en los procesos electorales va mucho más allá de las tradicionales técnicas de marketing político y recurso a la propaganda negra o gris, dado que en su afán de incidir en la opinión pública, también recurre a las operaciones de guerra psicológica, aspecto que parece estar asociado a la circunstancia de que uno de sus principales fundadores fue el principal director de la operaciones de inteligencia contra la oposición política democrática y revolucionaria, y conocía profesionalmente las técnicas de la guerra psicológica. Si a esto se añade, que ARENA procura constantemente el control amañado, aparentemente legal, de los organismos que arbitran los procesos electorales, el resultado es que las elecciones en El Salvador resultan ser un proceso notablemente oscuro.
Una muestra del desenvolvimiento de ARENA en los procesos electorales, en los cuales realiza operaciones de guerra psicológica, se denota al analizar algunos aspectos de la campaña electoral del 2004, en la cual disputaron la presidencia Elías Antonio Saca y Shafick Handal. Cabe recordar que para el 20 de junio del 2003, algunas encuestas de opinión coincidían en medir que las preferencias de voto se orientaban mayoritariamente hacia el FMLN (por ejemplo 33.89% para el FMLN, contra 25.68% para ARENA). Seis meses después, estas tendencias se revertían (35.70% para ARENA y 31.20% para el FMLN) [3]. Entre tanto, en las encuestas de opinión pública reportaban que el principal problema que afectaba a la población había dejado de ser el “costo de la vida” y en su lugar, en el imaginario de la población, el principal problema del país había pasado a ser la delincuencia asociada a las pandillas [4]. Al cierre de su gestión presidencial, el presidente Francisco Flores anunció, con gran despliegue de la prensa empresarial, el lanzamiento del Plan mano dura, como corolario de una campaña de noticias que dieron seguimiento a una nueva y atípica modalidad de feminicidios, en los cuales se hizo aparecer, a las víctimas desmembradas, fragmento a fragmento, en plazas y otros lugares de frecuencia pública.
Finalmente, los resultados electorales favorecieron a ARENA, refrendando como exitosa una estrategia que se basó en el control predominante de los medios de información (prensa, radio, televisión) y en el control y distorsión de mecanismos legales relativos a los procesos electorales (como la circunstancia de manipular la emisión del Documento Único de Identidad, generando la posibilidad de entregar más de uno a ciertas personas o entregarlo a personas de otra nacionalidad centroamericana). ARENA en su desenvolvimiento electoral desarrolló una convergencia de prácticas: el marketing político que promovió las candidaturas de derecha a base de estudios de mercado (o sondeos de opinión internos, los cuales generalmente no se dan a conocer), buscando la aceptación del candidato con criterios de eficacia semejantes a posicionar una marca comercial; la propaganda, en su amplio espectro de tonos, que se propuso provocar simpatías al partido ARENA y temores hacia el partido adversario (lo que Shafick Handal llamó la campaña del miedo); y el desarrollo de operaciones de guerra psicológica, para manipular la emotividad y la opinión ciudadana, desplazando en el imaginario nacional y popular, la percepción sobre el alto costo de la vida provocada por la gestión económica del país como el principal problema del país, hacia la percepción de que el problema principal era la ola delincuencial asociada a las pandillas, frente a la cual apareció, como solución deseable y necesaria, el Plan mano dura.
Sin embargo, las estrategias electorales de ARENA fueron derrotadas por el FMLN en las campañas presidenciales del 2009 y del 2014, fundamentalmente a raíz de que la convergencia de acciones ya ensayada encontró un contrapeso efectivo, tanto en el ánimo y la racionalidad de la mayoría de la ciudadanía, como en la esperanza que proyecta el FMLN con su programa de cambios. Esta derrota fue aún más significativa en tanto se neutralizaron las operaciones de guerra psicológica asesoradas por el venezolano Juan José Rendón, de quién, el 12 de diciembre de 2013 se informó que “ha dirigido al menos 27 campañas presidenciales en el continente y solamente dos han terminado en derrota” [5]. En El Salvador (2014) sumó una derrota más.
Según reportes de prensa, el servicio prestado por Juan José Rendón al partido ARENA, incluyeron las actividades de Andrés Sepúlveda, un hacker colombiano especialista en generar y administrar miles de perfiles falsos en redes sociales y mantenerlos por más de un año, para condicionar y manipular los debates en internet. Se informa que Sepúlveda contaba con una experiencia “de ocho años en campañas presidenciales de Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Venezuela,… [Además de]… México“. El mismo reporte detalla que “Sepúlveda está en prisión, cumpliendo una condena de 10 años por cargos que incluyen el uso de software malicioso, conspiración para cometer crímenes, violación de datos personales y espionaje, todos relacionados con hackeo durante las elecciones presidenciales de Colombia en 2014” [6].
La participación de ARENA en las próximas elecciones, tanto las de marzo de 2014 como las presidenciales del 2019 ya se está desenvolviendo. En lo general, mantienen las pautas de operación ya reseñadas, en lo particular, se destacan al menos tres elementos:
a) Recuperación, en gran parte, del dominio sobre los organismos que rigen los procesos electorales (facilitado por los fallos de la Sala de lo Constitucional);
b) Coordinación de las operaciones de guerra psicológica a escala continental, en una impronta que muestra a las personas dedicadas a la política y al ejercicio de cargos de elección popular como invariablemente corruptas, dedicando especial empeño en generar acusaciones contra mandatarios progresistas y de partidos de izquierda. Asociada a esta operación mediática y de amaños legales, se presenta a grandes empresarios como personas que, “ajenas a la política”, pueden solucionar las problemáticas.
c) Apropiación de expresiones de identidad que amplios sectores populares y ciudadanos sienten como referentes positivos. Por ejemplo, el caso de la campaña presidencial de ARENA, que tomó la expresión “Mi gente”, ya posicionada en el imaginario colectivo por una radiodifusora.
En este escenario aparece Ernesto Muyshondt como candidato a la Alcaldía de San Salvador. En las tradiciones populares no se acostumbra patentar o registrar como marca las ideas y frases hechas, sin embargo, es difícil dejar de reconocer que hay algo indebido en la apropiación del lema San Salvador es tuyo. Con ello, hasta la propaganda blanca de la campaña municipal de ARENA lleva un tono gris oscuro.
La apuesta de ARENA en la contienda electoral por la Alcaldía de San Salvador es una apuesta al olvido, a la “posverdad“, a una maquinaria mediática y de manipulación de redes sociales que machacan un engaño tras otro, que intenta generar e incrementar un malestar colectivo que no deje ningún espacio al pensamiento crítico y a la memoria histórica de los sectores populares.