“El compromiso es un acto, no una palabra.” Jean- Paul Sartre.
Romper la continuidad de un bipartidismo corrupto y miserable, es el objetivo que cada salvadoreño debe tener en mente al momento de emitir su voto este próximo tres de febrero.
Si bien es cierto que la idea de dejar atrás treinta años de robos y engaños es alentadora, es igual de cierto que no será una tarea fácil. Actualmente vemos como la región entera lucha por eliminar la corrupción y la impunidad. En países vecinos, como es el caso de Honduras, gobiernos ilegítimos se han enquistado gracias a procesos electorales fraudulentos y claramente cuestionados por los organismos de vigilancia internacional.
Los salvadoreños debemos estar alerta a las señales de fraude. Tendremos que vigilar muy bien los puntos ciegos por los que seguramente intentarán engañarnos.
Hay que estar sumamente atentos al conteo de cada voto y su debido registro. Y verificar que cada acta sea redactada de manera correcta, evitando así que se genere cualquier tipo de confusión. La transmisión y el procesamiento de los votos recabados es un área sensible a manipulaciones informáticas. Allí, nuestro deber será comprobar que la voluntad popular que las urnas indiquen, se refleje fielmente en los datos digitales del TSE.
Sí, el fraude se ha sistematizado y se ha vuelto más refinado, pero nosotros como ciudadanos tenemos el poder de la denuncia. Y no debemos dudar en utilizarlo a la menor sospecha de engaño. No podemos permitir que las mafias políticas y económicas sigan al frente de nuestro país.
ARENA y al FMLN se han tomados de la mano para atacar a Nuevas Ideas; lo que ha provocado una indignación generalizada. Esa vergonzosa unión ha dejado claro que su único interés es mantenerse en el poder a toda costa y continuar saqueando el dinero del pueblo. Para ellos, los salvadoreños no somos más que ganado.
El miedo al cambio es la razón por la cual, las cupulas políticas de ambos partidos, han tratado de sabotear a Nuevas Ideas de mil maneras diferentes. Y en todas fracasaron. Para “los mismos de siempre” la sola idea de tener que dejar el poder les causa terror. Las elecciones del tres de febrero son su última oportunidad para engañarnos. Saben que se les acaba el tiempo y harán cualquier tipo de fraude que evite su derrota.
Pero irremediablemente perderán. Perderán porque los salvadoreños ya tomamos nuestra decisión: Los queremos fuera. Queremos olvidarnos de todos ellos y sus desfasadas ideas de odio de clases y luchas de sangre. Pero, sobre todo, queremos recuperar el valioso tiempo que hemos perdido al haberles dado la oportunidad de estar al frente del país.
Este tres de febrero deberemos salir a defender nuestro voto. A vigilar cada parte del proceso electoral. Estamos en la recta final de una carrera en la que nos jugamos el porvenir. No podeos aflojar el paso.
Ya convertimos nuestra indignación en una decisión. Ahora esa decisión la debemos transformar en acciones que permitan a El Salvador dejar atrás la oscuridad y levantar la mirada hacia el horizonte de un nuevo día.
Defender nuestro voto será un acto heroico. Hoy, El Salvador necesita héroes. El Salvador nos necesita a todos.