Los presidentes de Centroamérica y República Dominicana aprobaron este sábado en una cumbre la llamada Declaración de Santo Domingo en la que abogaron por los derechos humanos de los migrantes y llamaron a los nicaragí¼enses "al cese inmediato" de la violencia social y política.
En su declaración, los mandatarios del llamado Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) enfatizaron en primer término "su compromiso permanente de atender las condiciones de nuestros hermanos migrantes y garantizar el respeto de sus derechos humanos, en especial a los niños, niñas y adolescentes que se dirigen principalmente a los Estados Unidos de América".
La separación de familias migrantes en la frontera de Estados Unidos con México ha generado una fuerte controversia dentro y fuera del país. Cerca de 2.300 menores -según cifras oficiales- fueron separados desde el 19 de abril de sus progenitores, mientras que estos fueron procesados con cargos criminales y enviados a centros carcelarios.
La mayoría de los que cruzan la frontera de manera ilegal provienen de El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llamó a "parar" a los mandatarios de dichas naciones el pasado jueves en Guatemala.
En su declaración, los presidentes del SICA también expresaron su "solidaridad con el pueblo nicaragí¼ense y preocupación ante la crisis social y política que producto de la violencia ha generado muertos y heridos, enlutando a las familias nicaragí¼enses y generando una profunda polarización en su sociedad".
"Ante ello -dice el documento- el respeto irrestricto de los derechos humanos, el estado de derecho y el diálogo son las vías civilizadas que permitirán una solución concertada a esta difícil situación que afecta a toda la región. Por tal razón hemos manifestado en una declaración especial mayores consideraciones para acompañar una pronta solución pacífica e institucional".
En la declaración especial los líderes del SICA enviaron sus "condolencias a los familiares de las víctimas" de la crisis política en Nicaragua, donde más de 280 personas murieron desde el 18 de abril, al tiempo que recalcaron que la preservación de la paz interna es responsabilidad de todos los autores sociales.
Por otra parte, saludaron la voluntad del Gobierno de Nicaragua y de los sectores que conforman la sociedad de ese país centroamericano al "reafirmar su vocación de diálogo, dirigido a la búsqueda de acuerdos".
Los líderes de la región alabaron además el acompañamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y de las Naciones Unidas, así como de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en el diálogo, aunque el mismo no ha rendido frutos para la paz en la vecina Nicaragua.
La cumbre abrió precisamente con un llamado al cese de la violencia en Nicaragua por parte del secretario general del SICA, el expresidente de Guatemala, Vinicio Cerezo.
"(Llamo) al cese de todo tipo de violencia y a la prudencia de todas las partes porque, como nos lo ha demostrado la historia una y otra vez, las armas jamás conseguirán lo que solamente puede alcanzarse a través del dialogo y la institucionalidad", señaló Cerezo.
El expresidente agregó que no se quiere "seguir lamentando más muertes" en Nicaragua, al inaugurar la 51 cita regional a la que asistieron los presidentes de República Dominicana, Danilo Medina; de Costa Rica, Carlos Alvarado; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; de Panamá, Juan Carlos Varela; de Guatemala, Jimmy Morales; y de Honduras, Juan Orlando Hernández. Nicaragua fue representada por su canciller Denis Moncada.
Para el secretario general del SICA, en Nicaragua prevalece una situación que únicamente se puede resolver "con el respeto de los derechos humanos en el marco de un Estado de derecho y un diálogo político abierto, que garanticen la unificación de una sociedad que hoy se encuentra altamente polarizada".
Al llegar el jueves a Santo Domingo para preparar la cumbre, Cerezo había adelantado que Nicaragua podría ser un tema en el encuentro, del que podría salir una declaración especial sobre la situación en ese país.
En otra parte de la Declaración de Santo Domingo, se llama a los gobiernos de la región a incrementar los mecanismos integracionistas y se reconocen los esfuerzos de Honduras, Guatemala y El Salvador para crear una unión aduanera que propicie un mayor desarrollo económico y social.
Entre otros aspectos y metas regionales, el documento muestra su complacencia por la canonización, el próximo 14 de octubre de 2018, del Beato Oscar Arnulfo Romero, figura salvadoreña que trascendió fronteras para convertirse en un referente universal de fe y humanismo.